J. M. Álvarez del Manzano:
"No hemos empeorado,
pero tampoco mejorado en la defensa de la vida"

El alcalde de Madrid dice que está preparado para cuando Dios le llame,
y por eso le da gracias por tener tiempo para hacer proyectos.

Javier Alonso Sandoica. LA RAZON, 13.III.02

"Con la fe en bien puesta"         Una de las virtudes del alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, es la de la transparencia: dar la cara y no esconderse cuando hay que testimoniar su fe y sus creencias de seglar católico en un momento en que no es «políticamente correcto» hacerlo con tanta naturalidad y valentía. En esta entrevista concedida al programa «Con la fe bien puesta», que se emite con gran éxito de audiencia todas las semanas por el canal de televisión TMT del Arzobispado de Madrid, el veterano político José María Álvarez del Manzano habla claro sobre el aborto, la pena de muerte y la responsabilidad de los políticos por «dejar las cosas como estaban en la defensa de la vida».
Se ha hecho poco         Legislación abortiva
         —En cuanto a la legislación sobre el aborto, ¿cuándo vamos a tener un cambio, una definición clara del estatuto de persona y que todos los países puedan reconocerlo?
         —Creo que es uno de los temas que, los que estamos también en el ejercicio de la política local, nos tenemos que preguntar. No es un tema neutro y es un asunto que nos cuesta porque hemos dejado las cosas como estaban, no las hemos empeorado pero tampoco las hemos mejorado. Es un asunto que yo he discutido mucho. Cuando yo estudiaba Derecho me encargaron un trabajo sobre la muerte, la vida, la pena de muerte y el «far west».
El ser que van a nacer         —Parece el título de una película.
        —Entonces, recuerdo que expresé por primera vez el sentimiento de que yo era contrario a la pena de muerte, a aquella ley del «far west» por la que colgaban al vaquero. Yo soy partidario de la vida, soy contrario al aborto y también a la pena de muerte. Con la pena de muerte se produce un caso de persona adulta y nadie discute que tiene derechos, y lo mismo tendría que ocurrir con el ser que va a nacer. Debemos esforzarnos todos por promover esa defensa de la vida. ¿Para cuándo? No soy yo capaz de dar un plazo.
Lo estudiamos en Derecho Romano         —¿Mostrar lo obvio hoy es defender la vida?
        —Ahora que se habla tanto de los derechos humanos yo creo que es uno de los derechos más importantes. Hay que empezar por el nasciturus, que tiene derechos desde el momento de su concepción y eso lo aprendimos, yo por lo menos, cuando estudié Derecho Romano. Desde entonces, sabemos que el nasciturus genera derechos y expectativas de derecho que se consolidan transcurridas 24 horas. Por tanto tiene expectativas de derecho.
Por ignorancia o por...         El derecho a nacer
        —¿Entonces, por qué muchos dicen que ese derecho es una cuestión ideológica o política?
         —Lo dicen por ignorancia o por un elemento deliberado por el que no se reconoce un hecho real. Quien esté formado en Derecho sabe que desde la más remota antigüedad, desde luego en los textos clásicos de Derecho, aparecen esos sentimientos y ese derecho del ser vivo a nacer.
No sabes cómo consolarlos         —Juan Pablo II nos habla de la cultura de la muerte. ¿Cómo entiende el alcalde de Madrid esta reflexión del Papa?
        —La cultura de la muerte está muy vinculada a la vida. No nos damos cuenta de que tenemos una limitación, de que tenemos que morir y nos resistimos a admitirlo como algo natural y, al tiempo, doloroso. Cuando vas a visitar a alguien que ha fallecido, y te encuentras con una familia absolutamente destrozada que no guarda un atisbo de esperanza porque no tienen fe, no sabes cómo consolarlos. Por otra parte, lo que también me parece una tremenda deshumanización es cuando veo a una persona que está impávida ante la muerte. Aunque uno crea que un ser querido está en el cielo te duele que se muera y lo sientes una barbaridad y lloras, como lloró el Señor cuando se enteró de que Lázaro había muerto y luego tomó la conducta que creyó necesaria.