Óscar Villanueva Manzanares, 2003-05-22 www.mujernueva.org

        No me cabe duda de que en la vieja Europa existe un sentimiento general de solidaridad hacia los más necesitados, pero parece evidente que la forma de ayudar a una sociedad no puede consistir nunca en terminar con la vida de sus niños. El problema del subdesarrollo es cuestión de producción de riqueza, pero también de distribución. Según la Agrupación de Productores Agroquímicos de Alemania, con la producción que podría cosecharse con la tecnología actual en la superficie cultivable de la Tierra, se conseguiría abastecer a 50.000 millones de personas (somos poco más de 6.000 millones los que compartimos este planeta). Estoy seguro de que el europeo de a pie no quiere para los demás lo que no quiere para él. Por eso confío en que los políticos que nos representan sabrán obrar en consecuencia y acabarán ofreciendo su ayuda a los países más necesitados con soluciones mucho más inteligentes. La auténtica solidaridad no es dar al pobre lo que nos sobra y, mucho menos, desembarazarnos de él. La solidaridad consiste en tender puentes que unan a los hombres por encima de baratas compasiones.

        En esta época en la que nos ha tocado vivir se habla mucho de potenciar la autoestima personal. Pero frecuentemente se olvida que a la misma se llega con una gran dosis de voluntad. La cultura hedonista no hace al hombre feliz. El ser humano está muy por encima de la vida meramente animal, y, por eso, cuando trata de reducirse su comportamiento al de una bestia, se consiguen sonoros fracasos que acaban llenando de pacientes la consulta del psiquiatra. Es muy fácil darse cuenta de que cuando la felicidad trata de reducirse a placer, el hombre se convierte en esclavo de sus pasiones. Soy de los que creen que las normas morales que dimanan del Derecho Natural son la mejor garantía que tiene el hombre para alcanzar la verdadera felicidad.

        En este siglo en el que se están dando ya los primeros grandes avances en materia genética, no podemos cerrar los ojos ante la evidencia científica de que la vida comienza en el momento de la concepción. Por eso hago desde aquí un llamamiento a la cordura.

        Apelo a la responsabilidad personal de cada uno de los miembros del Consejo de Ministros europeo que estudiarán el informe Sandbaeck. De ellos dependen muchas vidas humanas y con eso no se juega. No sería justo que cuando trata de abolirse la pena de muerte incluso para los peores criminales, se condene a niños inocentes en el seno de su madre. La Naturaleza es sabia y mucho más fuerte que nosotros: ¡no le declaremos la guerra!

Parlamento Europeo: El Consejo de Ministros votará el Informe Sandbaeck

        El Informe, que lleva como título “Salud y países en desarrollo: Derechos en materia de reproducción y sexualidad”, fue introducido en la Comisión de Desarrollo y Cooperación del Parlamento Europeo por la eurodiputada danesa Ulla Margrethe Sandbaeck.

        Este informe proponía aumentar la línea presupuestaria para ayuda a los países en vía de desarrollo un 200% y obtener “todos los derechos en materia sexual y reproductiva” para los hombres y mujeres que viven en países en vía de desarrollo, incluido el aborto.

        El Parlamento ya lo aprobó y ahora corresponde al Consejo hacerlo.

        Durante su discusión en la comisión de desarrollo y de la cooperación, dos enmiendas fueron introducidas por los diputados Hanan y Dover, destinadas a excluir explícitamente el aborto de los programas financiados por el informe. Las enmiendas fueron rechazadas. Finalmente, el informe fue adoptado con solo dos votos en contra.

        El Informe (cuyo programa utilizará los fondos comunitarios para financiar actividades, como el aborto, que son consideradas como delito en los códigos penales de los Estados Miembros y en algunos casos están prohibidas en sus Constituciones) se encuentra ya en la ultima etapa. La decisión final la tomará el Consejo de Ministros de la Unión Europea cuando el Informe sea sometido a votación el próximo 31 de mayo.