Un Milagro Pro-Vida (III)

La historia de Samuel

Foto de un niño con "spina bifida" se convierte en nuevo estandarte de la causa pro-vida.

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Una foto no prevista

        El fotógrafo profesional que documentó gráficamente una revolucionaria intervención quirúrgica por espina bífida practicada dentro del útero materno a un feto de sólo 21 semanas de gestación en una auténtica proeza médica, nunca imaginó que sus fotos se convertirían en uno de los más conmovedores y eficaces estandartes de la defensa de la vida frente al aborto. Esta es la historia completa de una foto y del pequeño héroe que es su protagonista, Samuel Alexander Armas.

        Michael Clancy, un fotógrafo profesional que nunca había cubierto casos médicos, se enteró que en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, (Estado norteamericano de Tennessee), tendría lugar algo que podía considerarse como un "noticia importante", por lo menos en el campo de la cirugía: la operación de un niño por nacer en el vientre materno. Conseguida la autorización para tomar la foto, Clancy nunca se preparó para lo que su obturador registraría: el momento en el que pequeño bebé recién operado estira su pequeñísima mano desde el interior del útero de su madre para sujetar uno de los dedos del médico que lo había intervenido.

Argumento sin palabras

        La espectacular secuencia fotográfica corrió como reguero de pólvora: tras un reportaje del periódico USA Today –el más vendido del país– varios diarios en Estados Unidos y en otras naciones recogieron la misma imagen. Su repercusión llegó incluso hasta Irlanda, donde se convirtió inesperadamente en una de las banderas pro-vida con la que se quiere evitar la legalización de abortos aún en el período de gestación durante el que fue intervenido el bebé.

        Pocos hasta ahora se han podido explicar con precisión el poder conmovedor de la fotografía: las páginas de Internet con su imagen registraron cifras récord de visitas, y la foto ha circulado copiosamente en grupos de discusión y correos electrónicos. La atracción de la imagen tal vez radica en que, al observarla con detenimiento, ésta transmite un mensaje elocuente: la vida del bebé literalmente pende de un hilo; los especialistas aún no están en capacidad de mantenerlo vivo fuera del útero materno y deben tratarlo dentro de la matriz para corregir su fatal anomalía y cerrar luego el ambiente en el que debe terminar de crecer. En ese marco dramático, el pequeño bebé toma el dedo del médico, como si quisiera transmitir su fragilidad y, a la vez, su agradecimiento.

El aborto nunca fue una opción

        La imagen ha sido considerada como una de las fotografías médicas más importantes y el recuerdo de una de las operaciones más extraordinarias registradas en el mundo. Pero la historia detrás de la imagen es más impresionante aún. Se trata de la experiencia, lucha y confianza de una pareja de esposos que decidió agotar hasta el último recurso para salvar la vida de su primer hijo. Julie y Alex Armas viven en Georgia, Estados Unidos. Ellos lucharon durante mucho tiempo por tener un bebé. Julie, una enfermera de 27 años de edad, sufrió dos pérdidas antes de salir embarazada del pequeño Samuel. Sin embargo, cuando cumplió 14 semanas de gestación comenzó a sufrir fuertes calambres y una prueba de ultrasonido mostró las razones. Al revelar la forma del cerebro y la posición del bebé en el útero, la prueba evidenció serios problemas. El cerebro de Samuel lucía deforme y la espina dorsal se desprendía de una columna vertebral que también lucía anomalías. El diagnóstico no se hizo esperar, el bebé sufría de "spina bífida", un síndrome por el cual la columna vertebral en formación no cierra, dejando la médula expuesta y afectando seriamente funciones motoras. A los padres se les propuso elegir entre un aborto o un hijo con serias discapacidades.

        Alex, un ingeniero aeronáutico de 28 años de edad, relata que se sintieron devastados por la noticia pero, por su profunda fe, el aborto nunca fue una opción.

Rezaron y asumieron el riesgo

        Antes de dejarse abatir, la pareja decidió buscar una solución por sus propios medios y fue así como ambos comenzaron a solicitar ayuda a través de Internet. Fue la madre de Julie –que ahora administra una página web especializada en casos de "spina bífida"–, quien dio con la página electrónica que proporcionaba detalles sobre la cirugía fetal experimental desarrollada por un equipo de la Universidad de Vanderbilt. De esta manera, entablaron contacto con el Doctor Joseph Bruner –cuyo dedo es el que sostiene Samuel en la fotografía– y comenzó así una carrera contra el tiempo.

        Dado que afecta la espina dorsal, la malformación puede llevar al daño cerebral, generar diversas parálisis e incluso una incapacidad total. Sin embargo, si pudiera ser corregida antes que el bebé nazca, se tienen muchas más opciones de curación.

        Aunque el riesgo era grande y el bebé no podía nacer en ese momento, los Armas decidieron encomendarse a Dios... y ensayar la novedosa cirugía. La operación fue un éxito. Durante ella, los médicos pudieron tratar al bebé –cuyo tamaño no era mayor al de un conejillo de indias– sin sacarlo del útero, cerrar la brecha originada por la deformación y proteger la médula espinal, que sirve de camino para las señales nerviosas desde y hacia el cerebro. Samuel se convirtió así en el paciente más joven en haber sido sometido a una intervención quirúrgica de su tipo.

Un niño prácticamente normal

        Los periódicos, revistas y páginas de Internet que habían cubierto el caso de Samuel, recibían constantes presiones de sus lectores para averiguar qué había pasado con Samuel. Finalmente, a pesar de la preocupación de la familia por su privacidad, los esposos Armas decidieron publicar una escueta nota de prensa dando un feliz anuncio: Samuel nació a través de una operación cesárea el 2 de diciembre de 1999, casi un mes antes de lo previsto, un poco bajo de peso, como era de esperarse, pero en perfecto estado de salud, a pesar de las naturales secuelas de su problema, especialmente una cierta rigidez en las piernas. Dos meses y medio después de su milagroso nacimiento, el pequeño Samuel inició un arduo programa de rehabilitación destinado a completar el éxito de la operación intrauterina que le practicaron cuando sólo tenía 21 semanas de gestación. Su madre, explicó que Samuel pesaba más de tres kilogramos y y aunque el pequeño necesitará de algunos implementos para comenzar a caminar, "su ortopedista está muy satisfecho con su evolución".

        La Sra. Armas confesó que siempre supo que la complicada operación intrauterina no implicaba la cura para su hijo sino "una gran esperanza". Pero las buenas noticias no son pocas: el menor no ha desarrollado hidrocefalia, o sobreproducción del fluido cerebral que es una de las complicaciones más comunes de la espina bífida. La última prueba de ultrasonido sobre su cabeza demostró que era prácticamente normal.

Vale la pena por la foto

        "Él es un bebé típico, nos mantiene despiertos toda la noche", agrega Julie y expresa que con su esposo han decidido no conceder más entrevistas porque no quieren perder su vida privada. Sobre las entrevistas ya publicadas, Julie afirma que las hicieron conscientes "de que la gran mayoría de los bebés que sufren de espina bífida son abortados en el país". "Nosotros queríamos ayudar a la gente con nuestro testimonio. Somos una pareja educada y profesional que ama y valora a su hijo aunque para la sociedad tenga un defecto. No importa cómo sea Samuel, lo único que sabemos es que Dios le ha permitido nacer para impactar a otros con una fotografía de su pequeña mano".

        Una fotografía tan elocuente no ha estado exenta de polémicas generadas especialmente en las tiendas abortistas. Algunos dirigentes pro-aborto, por ejemplo, han señalado que la foto es "una burda manipulación"; admitiendo tácitamente que la imagen ha mermado significativamente la causa del aborto no sólo en Estados Unidos, sino también en otros países.

El cinismo de los poderosos a favor del aborto

        Un episodio elocuente de la polémica suscitada tuvo lugar a fines de 1999, cuando el excéntrico periodista de Internet Matt Drudge se enfrentó con la poderosa cadena Fox, del magnate de los medios Rupert Murdoch. Drudge, un periodista del escándalo que es también un convencido pro-vida, había decidido abrir la primera secuencia de su programa de noticias en Fox con la espectacular foto que muestra la mano de Samuel, que para entonces ya había dado la vuelta la mundo.

        Los directivos de Fox, que se precian de respetar el derecho de opinión de sus periodistas, y que han permitido que Drudge diga prácticamente de todo en su programa, incluyendo los detalles más salaces de la relación entre el Presidente Bill Clinton y Mónica Lewinsky, prohibieron tajantemente que el periodista exhibiera la foto.

        La razón que dieron para justificar su la decisión rayaba en lo inconcebible: según los directivos, la fotografía se prestaba a "confusión", porque se trataba de una intervención de un no nacido para curarlo de un caso de "spina bífida", mientras que Drudge pensaba hacer un "uso indebido" al presentarla como un testimonio a favor de la vida y en contra del aborto.

        La razón de fondo era evidente: en Fox no se muestran bebés que contribuyan a reforzar los argumentos pro-vida. Drudge abandonó el set enfurecido, dejando a Fox sin programa y acusando a los directivos de practicar "pura y simple censura". "Yo expliqué que dejaría en claro de qué cosa se trataba la fotografía, pero que quería usarla como respaldo dramático para demostrar hasta qué punto un feto de 21 semanas está desarrollado". "Si hubiera mostrado la foto de un huevo de águila con el pollo asomando una pata, no me hubieran hecho ninguna crítica". "El problema es que se trata de un ser humano", dijo Drudge. Los editores, por su parte, respondieron con acostumbrado cinismo: "lo que él llama censura –dijeron–, nosotros llamamos edición".

Fotografía famosa porque conmueve

        Por suerte, las reacciones positivas han sido mucho más importantes. La impactante imagen fue considerada por la revista Life como una de las 12 fotografías más importantes de 1999. La selección de Life decidió que la imagen de Samuel Armas tomando la mano del médico Joseph Bruner merecía ser considerada también como una de las más importantes de la década.

        Por otra parte, según Justine McCarthy, una veterana periodista irlandesa, "nadie puede dejar de sentirse conmovido por la poderosa imagen de esta pequeña mano sujetando el dedo del cirujano" y así como una mano puede salvar vidas, esta imagen "es tal vez el argumento más fuerte contra el aborto".

        Según McCarthy, la foto ha tenido un papel definitivo en el debate en torno a la legalización del aborto en Irlanda, pues ha reforzado los esfuerzos pro-vida por impulsar un referéndum que permita su prohibición.

El cirujano concluye

        Al mismo tiempo, en California, el caso podría impulsar la medida presentada por el congresista George Runner para prevenir el dolor en los bebés que son abortados a través de la aplicación de anestesia al menos en los abortos tardíos. El proyecto fue rechazado por la presión de la filial de la poderosa Planned Parenthood en California que considera que proporcionar anestesia a los 3,900 abortos tardíos que se practican anualmente en California no sólo sería muy costoso, sino que iría generando en el público la conciencia de que el niño por ser asesinado es una "persona que sufre"… y eso es algo que los abortistas no quieren que suceda.

        Pese a todo, las pruebas sobre la sensibilidad al dolor de los bebés a partir del quinto mes de gestación son cada vez más abundantes y avaladas por destacados expertos.

        Para Joseph Bruner, el médico que operó a Samuel, la operación ha lanzado un interesante desafío a la sociedad estadounidense, considerando que miles de bebés son abortados a la misma edad en que Samuel fue salvado. "Al practicar operaciones para mejorar la calidad de vida de estos niños, es difícil justificar una operación para acabar con sus vidas. Al avanzar a través de este campo ideológico, la sociedad va a tener que hacer una seria introspección porque es imposible sostener ambas posturas", afirma Bruner.

La conversión del fotógrafo
        Otro fruto sorprendente de la fotografía es el cambio de vida del fotógrafo que captó la conmovedora imagen del bebé. Michael Clancy nunca imaginó que lo que vería no sólo llevaría una de sus fotos a los principales medios del mundo sino que lo ayudaría a comprender que es necesario defender a los no nacidos.

        El fotógrafo de 43 años, que nunca antes había fotografiado una intervención quirúrgica, confesó que ver a Samuel fue una experiencia sorprendente que lo convirtió en "un pro-vida". Clancy dice que nunca antes se había dado cuenta de que los abortos legales pueden ser practicados en el quinto mes del embarazo y aún después. De hecho, en Estados Unidos los abortos son legales hasta el momento previo al parto.