La ciencia y la fe ¿se enfrentan?
 
 
Hugo Jorge Muro Lemus, Físico
 
 

¿Por qué hablar de la Ciencia y la Fe?

        Desde hace algunos años surgieron algunas corrientes de pensamiento proponiendo que la razón humana, y sólo a través de pruebas llamadas "experimentos objetivos", es capaz de alcanzar la verdad total sobre el mundo y el Universo negando como superstición todo lo que no pudiera ser obtenido a través de un proceso que se conoce como "El método científico". A esta corriente se le ha conocido desde entonces como ciencia, aunque al pensamiento erróneo generado por seguidores fanáticos se le conoce como "cientifismo". Entre los aspectos de la realidad negados por esta corriente de pensamiento se encuentra la existencia de Dios.

        La razón de esta negación radica en la creencia, promovida por esta corriente de pensamiento, en una forma de materialismo que considera como uno de sus axiomas o principios fundamentales, y que por tanto, para ellos, auto evidente y sin necesidad de demostración, la imposibilidad de la existencia de DIOS. Aunque esa corriente de pensamiento ha tenido que cambiar muchas de sus ideas fundamentales varias veces a lo largo de la historia, debido a que la misma investigación científica conforme progresa demuestra la insuficiencia de la doctrina racionalista básica, estas ideas han sido manipuladas y usadas como arma en contra de Cristo y de su Iglesia, proponiendo, sin bases, la existencia de un enfrentamiento, del todo artificial, entre la auténtica Ciencia, entendida como la búsqueda honesta del conocimiento, y la Religión, creencia falsa que desgraciadamente continúa propagándose a través de la educación de nuestros jóvenes y de nuestros científicos, de los medios de comunicación, etc., a pesar de que la realidad del mundo científico actual de alto nivel ya no justifica el racionalismo tradicional y fanático ni sus engendros como el materialismo y otras filosofías derivadas.

        Es el momento de descubrir este error, de hacer filosofía de la ciencia de manera sana, honesta y abierta, porque el error radica en las correspondientes concepciones filosóficas y no en la ciencia misma. Un paso muy importante hacia ese objetivo lo ha dado la Iglesia Católica a través de un documento pontificio, la Encíclica "Fides et Ratio" de S. S. Juan Pablo II en 1998.

El pensamiento de S. S. Juan Pablo II

        El día 16 de octubre de 1998, se cumplieron 20 años de la elección del cardenal Karol Wojtila como el Papa Juan Pablo II. Y estos 20 años de pontificado se han caracterizado por una combinación especial: "La prudencia de la serpiente con la sencillez de la paloma" como lo aconseja N. S. Jesucristo. Yo me atrevería a decir análogamente que esta mezcla es el resultado de una vida contemplativa, profunda vida de oración con una gran actividad en el frente misionero, ante políticos y pobres, ante científicos y mentes sencillas. En fin, 20 años de un pontificado constituido por una mezcla clave: "La Fe y la Razón".

        No es extraña tal actitud de su Santidad siendo como es un gran estudioso, un gran filósofo de profesión y un místico por Gracia de Dios. Síntesis gloriosa para este turbulento fin de milenio.

        Las celebraciones de estos 20 años fueron coronadas por dos acontecimientos que sintetizan el corazón y el intelecto de su Santidad Juan Pablo II:

        Primero: EI 11 de octubre de 1998, Juan Pablo II canoniza a Edith Stein, judía conversa, intelectual universitaria, filósofa de profesión, ayudante de Husserl, uno de los filósofos más importantes del siglo XX, escritora de obras filosóficas y posteriormente teológicas. Monja carmelita, muere en el campo de concentración a manos de los nazis. Una Santa para los 20 años de Juan Pablo II, una Santa para nuestro tiempo, Científica y Santa. La razón y la Fe.

        Segundo: Se publica la Encíclica número 13 de su Santidad, su nombre "Fides et Ratio", "La Fe y la Razón" en donde Juan Pablo II compendia el pensamiento de toda su vida y el de la Iglesia sobre estos puntos a veces considerados, engañosamente, en conflicto.

        La gran búsqueda, la gran conquista A raíz de estos felices acontecimientos, querido lector, te suplico me permitas que te cuente un poquito de las maravillas de la Creación, como las ve un científico cristiano y te invito a maravillarte conmigo al contemplar cómo la naturaleza entera canta la Gloria de Dios y de cómo esta maravillas han llevado cada vez a más científicos en el mundo a replantearse su actitud hacia la existencia de Dios y su posición ante la religión.

        En julio de 1998 la revista Norteamericana Newsweek le dedicó la portada a su artículo principal que se llamaba: "La ciencia descubre a Dios". Y entre otros datos que se leían estaba el reporte de que por lo menos el 60% de los científicos norteamericanos de alto nivel creen ya en alguna forma de Dios. Dante, el genio escritor del Renacimiento termina su gran obra: "La Divina Comedia" con estas palabras tan poéticas como provocadoras de reflexión: "Amor, fuerza que mueve al sol y a las demás estrellas", y esto después de un fabuloso relato sobre su visita imaginaria al infierno, al purgatorio y por fin al cielo donde experimenta la visión beatífica de la Gloria de la Santísima Trinidad, del Rostro de Dios tan buscado por Patriarcas, Profetas, Santos, etc.

        Amor, Fuerza, Sol, Estrellas. Conceptos que nos hablan de Dios, de su potencia creadora y de la magnificencia de su Gloria expresada en los Astros del Universo, de forma que no podemos olvidar al salmista cuando alborozado canta: "¡Los Cielos cuentan la Gloria de Dios!". (Sal. 19, 1)

        Los Cielos, la morada de los dioses, donde los temores y sueños de hombres primitivos fueron proyectados, donde las civilizaciones de todos los tiempos sospecharon, intuyeron lo Grandioso, lo Glorioso, el destino ansiado por el hombre de siempre cuya sed de infinito nunca es apagada ni por los bosques, ni por las montañas, ni por los mares.

        Amor y Estrellas: Gloria eterna, parecen palabras provenientes de los sueños de un poeta místico, enamorado del todo y de la nada. Todo parecía quedar en sueños imposibles, el hombre se debatía entre sus sueños de volar, remontar alturas infinitas y la realidad detener los pies fuertemente atados a la Tierra. Ser que sueña con el Absoluto sin poder alcanzarlo. He allí la eterna melancolía del hombre.

        Pero un día el sueño inefable y por siempre presentido decidió hacer irrupción en la historia humana, y desde los confines de la Eternidad, el AMOR, así con mayúsculas se lanzó y se acercó a su creatura por un tiempo alejada, para buscarlo, para sanar sus heridas y su tremenda nostalgia y sobre todo para ofrecerse EL MISMO al hombre, como consecuencia de su propio SER-AMOR.

        La Física, la ciencia de la naturaleza ¿Dije Naturaleza? Sí, ¿pero qué tiene la Naturaleza que la hace fascinante?, ¿por qué provoca en los que la contemplan o la estudian el gran cambio que hace trascender toda limitación humana?

        La Física es la ciencia experimental por excelencia, pero recordemos que la palabra Física viene del griego y significa "Ciencia de la Naturaleza". Por eso la tarea de los Físicos es tratar de descubrir los secretos más ocultos de la Naturaleza, usando para ello, la razón humana.

        Para todo aquel que viva o haya pasado alguna temporada en el campo, cerca de la naturaleza, no le parecerá extraña la experiencia de contemplar las noches por la Luna y una cantidad impresionante de estrellas, y al amanecer la Aurora con sus colores y a lo lejos las nieves eternas de algún volcán de nuestro México pintadas de rojo.

        Tampoco olvidará nunca el despertar con los cantos de los pajarillos y tal vez ser testigo de la muerte en la Naturaleza, de cómo animales y plantas simplemente cesan, en paz, en completa armonía con toda la creación. Sí, ésta es la visión de la Naturaleza que muchos hemos experimentado y que sin lugar a dudas deja huella en el Ser humano y que siempre ha sido motivo de inspiración poética o de alabanza a Dios.

        Los Físicos han llegado a conocer mucho más sobre la naturaleza. Han descubierto en primer lugar las dimensiones del Universo desde lo más pequeño hasta lo más grande, han descubierto que la materia, sillas, mesas, seres humanos, planetas y estrellas, está constituida por unidades llamadas átomos, que a su vez tienen una organización interna exquisita. Los átomos son muy pequeños y muy numerosos, pero muy muy numerosos, de tal forma que una sola gota de agua está formada por aproximadamente un 6 seguido de 23 ceros de átomos. Creo que ni siquiera nos alcanza el renglón del cuaderno para escribir esa cantidad y mucho menos podemos concebirla. ¿Te imaginas querido lector la impresión de los científicos cuando descubrieron esto?, son impresiones que necesariamente impactan la mente y el alma de cualquier hombre de buena voluntad. Pero las sorpresas no terminan allí. El camino es muy, muy largo y, lo que es más importante, cuando más descubre el hombre, realmente descubre más preguntas que respuestas, o sea que descubre más y más su profunda ignorancia. Lecciones de humildad, si las sabemos aprovechar.

Lo muy pequeño y lo muy grande

        El pequeñísimo átomo también tiene una estructura interna maravillosamente simple pero capaz de ser la base para construir cuerpos humanos y estrellas. El átomo tiene un núcleo en el centro con algunas otras partículas alrededor, muy sencillo, ¿no?, pues así es la Naturaleza, la sencillez es la mejor solución, la menos cara y más funcional.

        Ahora imaginemos que ampliamos el átomo al tamaño del estadio Azteca, a tales dimensiones el núcleo solo ocuparía el lugar de un garbanzo colocado en el centro de la cancha y los electrones (que son las partículas que giran alrededor del núcleo) sólo serían cabecitas de alfiler volando en la periferia del estadio, eso es todo. ¡Y con esto se construye el Universo entero!

        Una experiencia que produce vértigo es explorar las dimensiones del Universo como nos las presentan los modernos científicos. Imaginemos un tinaco de los grandes, si ese tinaco fuera la Tierra entera, el planeta en que vivimos, los océanos más profundos e inexplorados con todas sus maravillas, no serían sino un rasguño de 2 mm. en la superficie del tinaco. Imaginen ahora que el Tinaco no es la Tierra sino el Sol, ¿saben de qué tamaño sería la propia Tierra comparada con el Sol-tinaco? Pues solo una pequeña cabecita de alfiler.

        El sol mismo no es más que una estrella común que vive junto con nosotros en la periferia de un fenomenal conjunto de estrellas llamado Vía Láctea, donde hay unos 400 mil millones de estrellas, algunas mucho más grandes aún que el Sol. Pero eso no es nada, galaxias (así se llaman tales conjuntos de estrellas) a su vez se reúnen en conjuntos de millones de ellas para formar súper-conjuntos con millones de conjuntos galácticos. Y si esto, querido lector, aún no te ha causado mareo, hablemos de las distancias entre estos objetos del cosmos.

        La velocidad de la luz en el vacío es de 300,000 Km/seg. pero creo que un número no nos dice nada, tal vez sea más ilustrativo pensar en el hecho de que la luz es capaz de dar 7 vueltas y media a la Tierra en un segundo. Es sin duda una velocidad enorme, por cierto la velocidad más grande que un cuerpo o radiación puede alcanzar en el Universo. Pues bien, a esta increíble velocidad, la luz del Sol tarda en llegar a la Tierra 8 minutos y la luz de la estrella más cercana tarda en llegar a la Tierra 4.3 años. Por eso las distancias astronómicas se miden en una unidad llamada "Año-luz" que es la distancia que la luz recorre en un año y que definitivamente es inmensa. Pensemos ahora en el hecho de que la distancia que nos separa de la galaxia más cercana es de 1.5 millones de años luz. ¿Qué podemos decir entonces sobre la inmensidad de los conjuntos de galaxias y los súper-conjuntos?, y esto es solo lo que conocemos hasta ahora.

        Sin duda el salmista tenía razón cuando cantaba "Cuando contemplo el Cielo y la estrellas, obra de tus manos, ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes... Los cielos cantan la Gloria del Señor, una noche transmite su mensaje a otra noche...". Esto es lo que ven los científicos. Por eso no es extraño que astrónomos de renombre como el norteamericano Sandage, eminente astrónomo alumno de E. Hubble, pacient Explorador de la estructura y origen de todo el Universo, y otros que después de una vida dedicada a ver diariamente galaxias y galaxias a través de los grandes telescopios, ahora proclamen por todas partes su Fe en Dios y se unan a los cielos que tanto han amado en su canto a la Gloria del Señor. No es extraño que algunos Astronautas después de un solo viaje al espacio exterior regresen y dejen todo por dedicarse a alguna labor religiosa como predicar el Evangelio.

Polvo de Estrellas

        Desde los tiempos de Sandage los telescopios han evolucionado mucho. Ahora, con el telescopio Hubble puesto en órbita terrestre por la NASA, los azorados ojos de los astrónomos han podido ver no solo formas cósmicas de enorme belleza, sino también observar cómo de nubes cósmicas llenas de colorido y belleza están surgiendo como de una matriz estrellas nuevas para poblar el Universo. O ver estrellas en el momento de su muerte, supernovas en el momento de estallar, regando por el Universo el polvo que se cocinó por millones de años en su interior y que ahora tiene las características para poder constituir planetas y tal vez cuerpos de seres inteligentes. Eso parece habernos pasado a nosotros también, Dios no escatimó Gloria para crearnos. Por eso el conocido astrónomo Carl Sagan decía algo muy bello: "Somos polvo de estrellas".

        Y todo esto sin mencionar las maravillas descubiertas en el cuerpo humano, en la vida, a través de la Biología, que es donde encuentran la gloria de su aplicación las leyes que gobiernan a los átomos y al Universo. Donde estamos en presencia de la más fabulosa armonía, la simplicidad de la complejidad, la belleza y la elegancia en fin.

La Ciencia y la belleza de la Naturaleza

        No debe extrañarnos que la belleza de la naturaleza y no precisamente el método científico experimental y riguroso haya sido la inspiración de los más fabulosos descubrimientos. Albert Einstein construyó su monumental "Teoría de la Relatividad General" sin ninguna base experimental previa; él sólo confiaba en que la naturaleza es bella y armoniosa y sintió con fuerza que la belleza de la naturaleza sería más evidente para su entendimiento si en la naturaleza operaran leyes como las que propuso en esta teoría. Fue hasta después cuando otros científicos se dieron a la tarea de comprobar experimental y observacionalmente las predicciones de Einstein, teoría que hasta ahora ha pasado ya muchas de las pruebas. De esta teoría, basada en la gran sensibilidad ante la belleza y armonía del Cosmos que Einstein poseía, se deducen cosas maravillosas como los viajes a través del tiempo, los múltiples universos, etc., que aún esperan la prueba rigurosa.

        La primera teoría de Einstein, la Teoría de la Relatividad Especial sí fue hecha con base en muchos experimentos hechos antes que él a los cuales no se les hallaba explicación. Einstein simplemente armonizó los datos y encontró la solución y de paso descubrió cosas tan enigmáticas pero ciertas como el hecho de que la materia es energía y la energía es materia. Suena fantástico, pues bien, si pudiéramos convertir una silla completamente en energía, podríamos tener energía eléctrica para abastecer a la República Mexicana durante 10 años o tal vez más. Claro, nunca falta quien decide aplicar los más bellos descubrimientos para el mal y esto constituye la base de las bombas atómicas capaces de destruir varias veces nuestro planeta entero.

        Con razón una frase sabia dice: "Ciencia sin Dios solo crea demonios", en cambio la ciencia (como dice S. S. Juan Pablo II en su Encíclica "Fides et Ratio") revestida de la Fe, es transformada, de alguna manera redimida; el intelecto humano se agudiza y es capaz de ver mucho más allá y gozar de Dios ante la grandiosidad de sus Obras en la Humildad y la Contemplación, en el Silencio del corazón donde Dios habla y educa como ni Einstein soñó. Así la ciencia revestida de Fe se transforma en una forma más de reconocer a Dios, como lo hacían los antiguos filósofos, y es que el lema del científico debería ser siempre, la palabra de Jesús: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt. 5, 8). Si la contemplación científica de la Naturaleza puede transformar corazones duros, materialistas y racionalistas, ¡Cuánto más podría hacer tal contemplación de la Naturaleza si se hace con un corazón limpio porque ha sido lavado con el agua del costado de Cristo crucificado!

La ciencia se humilla ante la Ciencia

        Si bien la mayoría de los científicos más brillantes cayeron en la cuenta, después de todo esto, de que la existencia de Dios era algo que los Cielos y la Naturaleza han estado gritándonos por siglos, muchos continuaron con la soberbia del racionalismo fanático, el eterno mal del hombre: erigirse en dios de sí mismo, causa de todas sus desgracias y amarguras. No en balde a la entrada en MIT en USA, donde se educan los mejores cerebros del mundo en la ciencia y en la tecnología, aparece un letrero que incita a los que entran allí: "Y seréis como dioses" ¡Las palabras del demonio!

        Pero bueno, ¿cuál es el verdadero alcance de la razón humana? ¿podemos considerarla capaz de todo conocimiento como lo afirma la posición racionalista o el cientifismo? Así lo creyeron muchos, endiosaron a la razón humana y siguieron en sus investigaciones con la creencia (¿una forma perversa de fe?) de que la razón humana basta y lo puede todo.

        Pero sin embargo, al avanzar en la investigación científica, la misma naturaleza le respondió al hombre y se demostraron las siguientes cosas sorprendentes y que destruyen los fundamentos de todo pensamiento racionalista fanático:

        1. La lógica Aristotélica, en la que se fundamenta el racionalismo, basada en la conjunción, las disyunción, la negación, el principio de no contradicción, etc. ¡No funciona para explicar el funcionamiento del microcosmos o sea de lo muy pequeño, de las dimensiones atómicas! El impacto fue mayúsculo a principios del siglo XX, tanto que el mismo Einstein no pudo aceptar jamás que tales descubrimientos fueran correctos y hasta la fecha se sigue buscando una teoría más acorde con las afirmaciones del racionalismo sobre la superioridad absoluta de la razón humana. El hombre no se resigna a no comprender en qué consiste este hecho.

        Cuando se estudian los objetos más pequeños del Universo, que las partículas constituyen los átomos, mundo llamado subatómico, resulta que nada funciona como debiera, según nuestra cada vez más evidentemente pobre lógica humana: las partículas de materia a veces son ondas y esto tiene tremendas consecuencias totalmente probadas que contradicen la razón humana y que solo pueden expresarse con ecuaciones matemáticas cuyo significado no se comprende, habiendo divisiones aún entre los científicos sobre su interpretación. Y la teoría "totalmente ilógica" que se derivó, llamada Mecánica Cuántica, ha sido la más exitosa de toda la historia de la ciencia, a ella se le deben los transistores, los chips de computadora, los diodos láser, etc., etc.

        Un ejemplo de los contrasentidos (desde el punto de vista de la razón humana) de esta teoría es el siguiente: La lógica nos dice que si lanzamos una bollita de papel contra una pare de cemento la bolita de papel siempre se quedará de nuestro lado, pues bien, la Mecánica

        Cuántica predice que la bolita quedará de este lado, y a veces del otro lado de la pared!!! Otro ejemplo: La mecánica cuántica predice correctamente que una pelota rebotando de un lado a otro entre dos paredes en ciertas ocasiones nunca pasará por el centro!!!! Claro que esto acontece con más evidencia en el mundo de lo muy pequeño.

        Cuando el grupo internacional de grandes científicos creadores de la Teoría Cuántica se dieron cuenta de todo esto, experimentaron la sensación de estar en la caverna de Platón donde tomaron conciencia de que era altamente probable de que lo que estaban viendo eran solo sombras, sombras proyectadas por una fuerte luz atrás de ellos en la cual no habían reparado, distraídos por las sombras, y muchos, ante esa toma de conciencia, comenzaron a voltear hacia la luz, y al plantearse problemas teológicos, muchos tomaron una actitud más cercana al misticismo. Había quienes hablaban de que el Universo se parecía más a un gran pensamiento que a una gran máquina. Conversaban entre ellos sobre la existencia de Dios y dejaron escritos sobre estas reflexiones que todos podemos consultar. Otros se pusieron a explorar las fronteras y profundidades de la mente, como el genial Wolfgang Pauli que escribió un libro junto con el gran psicólogo Carl G. Jung sobre un asunto común a la Física y a la Psicología, la Sincronicidad, tema interesantísimo.

        2. Un matemático llamado Kurt Gódel afirma que pueden existir verdades sobre la teoría de los números que no pueden deducirse lógicamente de un conjunto de axiomas. Esto es, podrían existir verdades que no pueden ser alcanzadas a través del uso de la lógica a partir de una serie de supuestos básicos. ¡Gran sorpresa!

        3. Se descubre que el cerebro humano no solo usa la lógica aristotélica sino que muchas de sus importantes capacidades como la creatividad se basan en algo nuevo y superior, en la llamada "lógica de patrones", y que el uso de la lógica tradicional más bien obstaculiza la creatividad, por lo que aparecen propuestas de métodos para crear fuera de la lógica conocida y el método científico como el Pensamiento Lateral.

        En conclusión, ni la razón humana es Dios, ni la religión debe ser considerada opuesta a la razón.

        La otra parte de la historia comienza con el descubrimiento de que el Universo tuvo un principio, inició de alguna manera. Es la famosa teoría del Big-Bang. Aún están por allí tratando de comprender algunos cómo el Universo pudo crearse a sí mismo, rompiéndose la cabeza, y otros simplemente miran hacia el cielo, y con lágrimas en los ojos caen de rodillas abrazando la Fe. .

El hombre ante la existencia

        El viaje a través del mundo de la ciencia moderna es un viaje alucinante, nosotros no hemos hecho sino dar un pequeño atisbo. Pero eso también es lo que han hecho los científicos, dar un atisbo a la Gran Realidad. Son y somos como niños jugando en la playa del Cosmos maravillándonos de encontrar una concha más pulida que otra, mientras frente a nosotros se extiende el gran océano del conocimiento ignorado.

        ¿Esto es motivo para estar inquietos? no, la naturaleza entera parece amarnos y protegernos como una madre amorosa, nuestro mismo cuerpo nos ama, sabe qué hacer para que vivamos sanos y felices, ¿amamos igual a la naturaleza y a nuestro cuerpo?

        Ante esto recordemos una frase de Víctor Hugo, el escritor francés enfrentado al problema de la existencia del hombre en la grandiosidad del Universo: "Hombre, no temas, la naturaleza sabe el gran secreto y sonríe". Sí, la naturaleza como reflejo exquisito de su Creador nuestro Padre, podríamos decir que conoce el gran secreto Cósmico y aún así nos da mensajes de Paz y Armonía, repitiendo ante nuestra Soledad existencial. 'Todo está bien", "todo es maravilloso". Dios nos dice: "No temáis, SOY YO".

Dios hace Ciencia para nosotros

        La historia de la Ciencia y la Fe apenas comienza. Recientemente apareció un libro escrito por un Físico serio. La mitad del libro es una explicación y la segunda está llena de complejas ecuaciones cosmológicas. El título del libro es increíble, se llama: "La Física de la Inmortalidad". Este señor hace una proyección al futuro del Universo a partir de las ecuaciones conocidas hasta hoy. Nadie lo había hecho antes, todos habían dirigido su atención hacia el pasado del Universo.

        Pues bien, para sorpresa aún de este científico ateo y antirreligioso, las ecuaciones mostraron que debe existir la vida eterna después de la muerte, que debe existir Dios, etc., etc.

        Y la coronación de toda esta búsqueda de la Verdad por el hombre que es la Ciencia, es la búsqueda que Dios hace del hombre para regalarle la Verdad. Últimamente a través de nuestras mismas herramientas científicas con las que pretendíamos negarlo y hacerlo desaparecer, dramáticamente Dios y su Amor se hace presente en los laboratorios espaciales de la NASA, en las Universidades más importantes. Con señales producto de su Misericordia ante nuestra necedad. Y así comienzan a aparecer los indicios científicos de la resurrección de Cristo en la Sábana Santa de Turín y los fenómenos por todos conocidos en la imagen de Nuestra Señora del Tepeyac.

Oración

        Que Nuestra Señora de Guadalupe, la que le pisó la cabeza a la serpiente, la mujer soll, salve a nuestra Patria y a Mundo de la soberbia, y nos conduzca siempre hacia el conocimiento de todo, sí, de todo, pero siempre según el Santo Espíritu de Dios. Fuera de eso nada queremos, para que al fin todos podamos compartir para siempre el "Amor, la fuerza que mueve al Sol y a las demás estrellas".

        "La antigua pregunta por la relación entre ciencia y fe no ha quedado superada con el desarrollo de las ciencias modernas, al contrario; precisamente en un mundo cada vez más científico descubre toda la importancia y la fuerza vital que encierra"

Juan Pablo II