EL MURO
Cuando se cumplen 15 años de la caída del muro de Berlín no podemos olvidar a los que desde el primer día no soñaron en otra cosa que alcanzar la libertad.
Veintiocho años de muertes clamando por la libertad

        El objetivo oficial del muro era proteger a los habitantes de la RDA contra los ataques fascistas occidentales. Sin embargo, el objetivo real era otro: impedir el escape a la libertad de miles de ciudadanos inconformes con el régimen comunista impuesto por la Unión Soviética.

        Durante los veintiocho años que el muro estuvo en pie, mas de cinco mil personas trataron de escapar. Más de 100 murieron en el intento. Muchos fueron asesinados por la guardia fronteriza de la DDR. El 9 de Noviembre de 1989 aproximadamente a las 7:00 de la tarde, el líder del Partido Comunista de Berlín Oriental, Gunter Schabowski anunció que una parte del muro sería abierto para "viajes privados al extranjero". Anunciaba por fin, de forma lacónica, el inicio del fin de todo un imperio del terror.

        En 28 años, el Muro se cobró por lo menos 239 vidas de personas tiroteadas por guardias, ahogadas en las aguas del Spree o en uno de los lagos, o muertas al saltar de sus casas.

Así estaban las cosas

        La primera víctima fue Rudolf Urban, muerto el 19 de agosto de 1961, al saltar desde una ventana en la calle Bernauer. La misma calle fue escenario de otra tragedia, el 4 de octubre de 1961 cuando el joven Bernd Lünser, bajo fuego de los Vopos, saltó desde el cuarto piso de un edificio, pero falló y se mató.

        El 17 de agosto de 1962, un año después de que se construyera el Muro, la muerte del joven Peter Fachter se recibió con mucha agitación. Después de ser malherido por los guardias fronterizos, yació moribundo durante una hora a los pies del Muro, tiempo durante el que nadie acudió en su ayuda. En total, 5.043 alemanes orientales, incluyendo 574 guardias fronterizos, lograron escalar el Muro. El primero en hacerlo fue Conrad Schuman, quien no perdió tiempo para saltar sobre la alambrada de púas, el 15 de agosto de 1961.

        Sesenta mil personas fueron sentenciadas por intentar “huir de la República”, y algunos simplemente por hacer “preparativos”.

        Quienes ayudaban a los fugitivos eran sentenciados a cadena perpetua.

Imaginación al servicio de múltiples escapes

        Quienes escapaban usaban una variedad de métodos y estratagemas. Por ejemplo, en su primer año de existencia, el Muro fue embestido 14 veces por pesados camiones. La mayoría de esos escapes ocurrieron en los primeros meses, cuando la frontera no había sido totalmente sellada.

        En diciembre de 1961 un tren transportó a 24 fugitivos al otro lado del Muro. En junio de 1962, 14 berlineses orientales capturaron una embarcación después de emborrachar al capitán y amarrarlo. Luego atravesaron a toda máquina el Spree bajo una lluvia de balas.

        El escape más espectacular ocurrió en octubre de 1964, cuando 57 residentes de Berlín Oriental pasaron por debajo del Muro. Desde el mes de abril de aquel año 37 estudiantes y familiares de los fugitivos que vivían en el lado occidental habían cavado un túnel a una profundidad de 13 m con una longitud de 145 m y 70 cm de alto, enlazando una antigua panadería en la calle Bernauer con algunos patios en la calle Strelitzer, en el lado oriental.

        Durante la noche del 28 de julio de 1965, la familia Holzapfel consiguió la hazaña de escalar el Muro, deslizándose por una cuerda arrojada desde el techo de la Casa de los Ministerios en el lado oriental y tensada del lado occidental por familiares al tanto de su escape.

        Quienes escapaban usaban automóviles en varias formas. El fugitivo era atado debajo del vehículo o se ocultaba en el cofre, donde el tamaño del tanque de combustible había sido reducido. Cuatro hombres enfundados en uniformes soviéticos confeccionados por sus mujeres cruzaron el Muro sin ningún problema, y hasta fueron saludados respetuosamente por los centinelas.

        En enero de 1984, seis alemanes del lado oriental se refugiaron en la embajada de Estados Unidos en Berlín Oriental y, después de dos días de intensas negociaciones, finalmente recibieron permiso para emigrar. El último fugitivo muerto a tiros fue Chris Gueffroy, quien murió el 6 de febrero de 1989, dos semanas antes de que la orden de disparar se levantara.

        A todos ellos nuestro reconocimiento y admiración