Como decía Groucho Marx...


Pascual Falces de Binéfar
20.08.02 www.PiensaUnPoco.com
Un genio gracioso inolvidable

        Hoy hace 25 años que murió Julius Henry Marx, tercero de los cinco hijos de una familia judía neoyorquina, cómico genial y creador de un personaje, Groucho, que forma parte del conjunto de imágenes identificadoras del siglo XX.

        ¿Quién no ha repetido, u oído, tantas veces esta frase al comienzo de una sentencia con originalidad? Como regalo de bienvenida, y para después de unas merecidas y reconfortantes vacaciones, esta columneja brinda algunas de ellas, por otra parte fáciles de coger al vuelo en cualquier buscador en la red. ¿Cuándo se comenzará a poner medallas a quienes tanto hacen por desasnar al internauta? Como decía Groucho Marx: “Estos son mis principios, pero si no le gustan, tengo otros”, evidencia de observador. También: “Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.”; según dicen, se lee poco. O aquello de que: “El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está hecho.”, el lastre inevitable de todo buen hijo. Igualmente afirmaba: “Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.”; el número de los necios además de infinito, resulta gritón.

Irónico y agudo con la cruda realidad         Moralizante, reconocía: “Partiendo de la nada alcancé las más altas cimas de la miseria”; dedicado a todos los que crean haber logrado ser alguien en la vida. Leyendo plumíferos o escuchando radiotertulios, se puede reconocer con él: “O usted se ha muerto o mi reloj se ha parado”. “La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien la enciende, voy a la biblioteca y me leo un buen libro”, un excelente consejo de cara a lo que se avecina. “¿Por que debería preocuparme por la posteridad? ¿Que ha hecho la posteridad por mí?” Vanidad de vanidades, y sólo vaciedad; ya lo había dicho el sabio Salomón.

        Como dijo Groucho Marx: “Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo”, para tenerlo bien presente. Un favor que suele hacerse por buena educación: “Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no los conozco muy bien”. Y su fenomenal epitafio: “Perdonen que no me levante”; las necrópolis son necesidad de los vivos, no de los muertos. “Como decía Groucho Marx... “ (también pueden adjudicársele algunas otras cosas que no dijo, pero que pudo haberlo hecho).