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Americas
Heart and Soul,
de Louis Schwartzberg
La gloria de este film,
un documental que no lo parece, es su simplicidad y su autenticidad.
Cierto, el gurú cinematográfico Louis Schwartzberg hizo
que pareciera bonito, pero es la gente norteamericanos de cada
día quienes hacen que el sentimiento sea hermoso. En 25
escenas que perfilan a todo tipo de norteamericanos, encontramos a cualquiera,
desde Thomas Roudy Roudebush, un trotamundos de Colorado
que encontró una nueva vida después de dejar el alcoholismo;
la tejedora de los Apalaches Minnie Yancey, de Kentucky, cuyo sencillo
amor por las montañas se expresa con gracia poética; y
Dick y Rick Hoyt, un padre sano y un hijo en silla de ruedas que corren
triatlones juntos, una historia que os hará sonreír y
llorar. Los últimos años una guerra controvertida
en Irak, una fea campaña presidencial ya han producido
cinismo suficiente sobre Estados Unidos. Pero este film es un buen recorrido
a través de las cosas que señalan qué tiene de
grande este país.
Descubriendo
Nunca Jamás,
de Marc Forster
Los grandes narradores
C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien tenían una teoría: que los
cuentos de hadas, al contrario que otro tipo de historias, apuntaban
hacia cosas que sabemos pero aún no hemos experimentado. Nos
dan el tipo de lenguaje elemental para explorar los misterios que
Dios todavía no nos ha revelado. Por ejemplo, la vida tras
la muerte. Descubriendo Nunca Jamás es un film remarcablemente
hermoso sobre el autor de Peter Pan, J.M. Barrie, y cómo su
ficción trajo consuelo a los niños de una viuda. Es
una historia de seres humanos corrientes que encuentran sus propias
expresiones para esas intuiciones de la gloria que Dios escribió
en sus corazones. Johnny Depp ofrece una interpretación maravillosa
y delicada como Barrie, y Kate Winslet resulta adorable en el papel
de Sylvia Llewelyn, su amiga viuda. Es una relación hermosa,
fiel a los hechos, que se mantiene platónica. Al final, niños
y mayores reciben un destello de lo que yace más allá
de la muerte para aquellos que tienen fe. Esta película puede
que no llegue a los detalles de la salvación, pero va en la
buena dirección.
Hotel
Ruanda, de Terry George
Algunos
alaban esta película como la más importante
del año, refiriéndose a que enseña a los espectadores
occidentales cosas que necesitan saber, un fragmento de historia que
pasó casi desapercibido, la matanza genocida de casi un millón
de personas hace un año en Ruanda. Deberíamos ver esta
película y meditar sobre el devastador precio mortal de la
guerra civil entre los Hutus y los Tutsis. Deberíamos pensar
cómo atender las necesidades de naciones en situaciones similares.
Terry George ha destilado esta historia de horror en una magnífica
narración, y el actor Don Cheadle le da vida, interpretando
la historia asombrosa y verdadera de Paul Rusesabagina, quien arriesgó
su vida para salvar a los residentes de su hotel de unos vecinos llevados
por el odio asesino y el prejuicio. Como en La Lista de Schindler,
es una historia para llorar. Pero también da inspiración.
Nos recuerda como el mal tiende a crecer exponencialmente y lo vigilantes
que debemos estar para resistirlo. Nos urge a mostrar compasión
valiente, a equivocarnos en el lado del amor urgente en vez de titubear
y pagar el precio.
Los
Increíbles, de Brad Bird
Si se trata películas
redentoras de animación, Brad Bird lleva dos de dos. La primera
fue El Gigante de Hierro, de 1999, con una figura claramente crística
que da su vida literalmente para salvar el mundo. Bird revisita ese
tema aquí con Mister Increíble, un exsuperhéroe
que ahora simula ser un tipo vulgar, gordo, y encerrado en su cubículo
llamado Bob Parr. Una serie de juicios han forzado a los superhéroes
a reprimir sus poderes y vivir como gente normal. Bob, un vendedor
de seguros con exceso de trabajo y estimado en poco, añora
volver a ejercer sus poderes... y finalmente llega su oportunidad,
cuando algo extraño surge en su camino. Para el público,
es una aventura desternillante con un hombre que no sólo intenta
salvar el mundo sino a su familia, incluyendo a dos superchavales
que están más preocupados por el matrimonio de sus padres
que por cualquier otra cosa. Sí, esta es sobre todo una película
sobre los verdaderos valores familiares, un passé cliché
que Bird consigue hacer increíblemente atractivo una vez más.
Los
chicos del coro, de Christophe Barratier
Es una vieja historia:
chicos malos redimidos por un buen profesor que inspira en ellos grandeza.
Querido profesor, Música del Corazón, La obra de Mr.
Holland... todas ellas contaron antes esta historia. Pero el director
Christophe Barratier resistió cualquier tentación de
hacer la historia contemporánea, prefiriendo ubicarla en la
Francia de la postguerra mundial. Filma al cálido y afable
Gerard Jugnot en el papel de Clement Mathieu, nuevo profesor en una
escuela de chicos delincuentes. Pero cuando Mathieu pone en marcha
un coro, acompañado con dosis de humor liberal, paciencia y
gracia, bien, digamos que los resultados son mágicos. ¿Ya
dijimos lo de la gracia? Vale la pena repetirlo. En la austera escuela
conocida por su disciplina estricta y sus políticas de tolerancia
cero, los chicos no saben nada de esa cosa llamada gracia.
Pero cuando Mathieu la ofrece una y otra vez, los chicos empiezan
a entender la idea... y las vidas empiezan a cambiar.
La
Pasión de Cristo, de Mel Gibson
Una lista de las películas
más redentoras del 2004 no podría estar completa sin
la historia de la redención, ¿verdad? Puede que la película
de Gibson no haya impresionado a los críticos, pero sí
a los cristianos, que impactaron en la recaudación y
en Hollywood haciendo que fuese la película más
recaudadora 370 millones de dólares de categoría
R (extremadamente violenta). Jim Caviezel hace una desgarradora interpretación
de Jesús; como cristiano, Caviezel desesperadamente intentó
comunicar el amor sacrificial de Dios, y lo consiguió. Muchos
críticos machacaron a la película por su excesiva violencia,
y es difícil negárselo: es bastante sanguinolenta. Pero
para Gibson, ésa era la cuestión. Él quería
enfatizar el sacrificio de sangre, cada una de las gotas. El resultado
no es de los que revuelve el estómago sino de los que seduce
el corazón para la entrega; muchos cristianos terminaron la
película con una mayor apreciación del sacrificio de
Cristo y el amor redentor de Dios. Muchos también dijeron que
ya nunca volverán a acercarse de la misma forma a la mesa de
la comunión, conociendo mejor que nunca lo que Jesús
quería decir con este es Mi Cuerpo, entregado por vosotros.
El
Regreso, de Andrei Zvyagintsev
Imagina esto: tú
eres un chico adolescente que vuelves a casa tras un día típico
y descubres que hay un extraño durmiendo en la sala de invitados
de tu familia. Te informan, para tu asombro, de que ese hombre es
tu padre. Eso es lo que les pasa a los dos hermanos de El Regreso.
Un hombre silencioso, brusco, misterioso entra en sus vidas y se los
lleva de viaje. Responde pocas de sus preguntas, les da órdenes,
les castiga cuando se quejan, mantiene en secreto sus intenciones.
¿Suena esto a tu relación con tu padre? ¿Suena
esto a tu relación con Dios? El Regreso es una parábola
cinematográfica por excelencia. El director ruso Andrei Zvyagintsev
hace un impactante debut con esta película, que tiene el sabor
de un clásico de la literatura rusa, parece de la factura impresionante
de un Andrei Tarkovsky y nos anima a buscar en el espíritu
y la meditación como un capítulo del Decálogo
de Krzysztof Kieslowski. Una película inolvidable y llena de
suspense.
Spider-Man
2, de Sam Raimi
En cierto sentido,
esta película es La Pasión reducida con imaginería
alegórica. Peter Parker atraviesa su propio Getsemaní:
¿realmente quiere vivir todo el sufrimiento de ser un salvador?
Incluso hay un demonio (un doctor vestido de blanco) que
tienta a Peter para que se rinda, lo deje todo y sea sólo un
chico normal, y un ángel consolador (Lucas 22,
43) con la forma de una chica desgarbada en la puerta de al lado con
leche y pastel de chocolate. Pero la imagen alegórica más
fuerte viene cuando Spidey salva un tren enloquecido, estirando sus
brazos en una posición de crucifixión, agujeros en sus
muñecas y una herida en su costado. Cuando el tren se detiene,
la cabeza de Spidey cae, el mentón sobre el pecho, sin vida.
Los testigos llevan su cuerpo sobre sus cabezas hacia dentro del tren
(¿una tumba?) y lo colocan suavemente sobre el suelo. ¿Está
muerto?, pregunta alguien. Entonces Peter se levanta resucitado
con más vidas que salvar y un demonio de 8 piernas (también
conocido como Doctor Octopus) por derrotar.
La
historia del camello que llora, de Byambasuren Davaa y Luigi
Falorni
Pocas cosas ganan
nuestras simpatías como la visión de un cachorro abandonado.
La historia del camello que llora fue hecha por unos cineastas del
National Geographic que fueron al Desierto del Gobi y se quedaron
con una familia que se aferra a los métodos tradicionales de
criar ganado. Somos conducidos hacia el interior de la intimidad de
esta familia, sus extraños rituales y ritmos culturales, su
risa, sus sueños. Y cuando uno de sus camellos da a luz e inmediatamente
rechaza la cría, sentimos su angustia cuando intentan hacer
recapacitar a la tozuda madre. Aunque parte de la historia fue orquestada
por los cineastas, la idea central era capturar un ritual que nos
asombra: una práctica para sanar el abismo entre estos animales
que es tan misteriosa como hermosa. Que nadie te cuente como acaba.
Encontrarás una metáfora que sugiere el poder de la
belleza y el arte para reorientarnos hacia la paz, el amor y unas
relaciones adecuadas. No ha habido una película de reconciliación
más emocionante en las pantallas del 2004.
Woman,
Thou Art Loosed, de Michael Schultz
Venganza. Es un tema
popular en las películas de cada año. Nos encanta ver
cómo igualamos el marcador con aquellos que nos han fastidiado.
Pero Cristo ofrece una respuesta distinta. La película, que
destaca el personaje del reverendo T.D. Jakes, se basa en sus experiencias
como consejero de mujeres en prisión. Cuenta la historia de
una joven que ha sido humillada gravemente muchas veces. Pero cuando
su venganza que todos los espectadores entenderán y con
la que simpatizan le lleva a prisión, el reverendo Jakes
tendrá la oportunidad de ayudarla a encontrar lo que ha perdido
de su vida. Kimberley Elise está memorable en su papel de alma
que se hunde en la miseria, soledad y desesperación. Y la película,
que rechaza ocultar realidades duras, de máxima violencia,
destaca algunas verdades duras pero esenciales. En lo que se refiere
a películas cristianas, ésta da un paso
en la dirección correcta. Con interpretaciones fuertes, impactantes
valores de producción y un guión creativo, muestra más
que cuenta, y eso marca la diferencia.
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