Científicos españoles frenan los efectos de la esclerosis múltiple utilizando células madre adultas

Un nuevo tratamiento que permite mejorar el sistema inmunológico y evita la fase de incapacitación esclerosa se suma a la lista de alternativas a la manipulación de embriones.

Josu de la Varg.
www.e-cristians.net

Otra interesante esperanza terapéuticas con "células madre" adultas

        Aunque la esclerosis múltiple sigue sin tener posibilidades definitivas de curación, un nuevo proceso basado en el implante de células madre extraídas de la sangre del propio paciente está consiguiendo frenar el avance de esta enfermedad degenerativa y evitar que los afectados alcancen la fase de incapacitación. Un equipo de científicos españoles del Hospital Clínico de Barcelona-IDIBAPS está llevando a cabo el tratamiento experimental en 14 personas afectadas de esclerosis múltiple avanzada que han logrado estabilizar la evolución de la enfermedad y reducir la actividad inflamatoria del sistema nervioso.

        Los investigadores del Clínico utilizan el sistema llamado Trasplante Autólogo de Progenitores Hematopoyéticos (TAPH), que permite al paciente mejorar ostensiblemente su sistema inmunológico. Los síntomas de la esclerosis múltiple se presentan en forma de brotes y déficits neurológicos que suelen acabar incapacitando al enfermo y, en fases avanzadas, provocándole incluso la muerte. Con la aplicación del TAPH, el número de brotes registrados en un año por los afectados se ha reducido de 48 a 7. Esta técnica ya se utilizaba en casos de leucemia y de otros cánceres, sin necesidad de hospitalización en la mayoría de los casos. Aun así, los expertos recomiendan utilizar el TAPH sólo en aquellos pacientes con un grado de enfermedad avanzado, debido a la agresividad del tratamiento sobre el cuerpo. Los citados "progenitores" se obtienen de la médula ósea o de la sangre periférica del propio enfermo. Una vez extraídos, se recurre a la quimioterapia para destruir el sistema inmunológico defectuoso del paciente y, en un último paso, se le reimplantan las células madre extraídas anteriormente y que funcionarán correctamente dentro del sistema inmunológico. El experimento se inició en 1998 y ha resultado efectivo casi en un 80 por ciento de los pacientes, que se han mantenido estables y sin deterioros de salud en todo este tiempo.

        Este nuevo descubrimiento viene a sumarse a las numerosas alternativas a la llamada clonación terapéutica que están dando resultados positivos, mientras que la manipulación de embriones no ha dado otro resultado que el de eliminar incipientes vidas humanas.

El turbio mundo de los intereses económicos

Una gran contradicción

        Que los poderes públicos, la industria biotecnológica, algunos científicos y la mayoría de medios de comunicación suelan desviar la mirada hacia las futuras posibilidades de la investigación con embriones, en lugar de abrir los ojos a la realidad de los resultados obtenidos en estudios, tratamientos e intervenciones con células madre adultas, es la gran contradicción de la ciencia en el campo de la aplicación terapéutica de las células estaminales.

        Monseñor Anthony Fisher, de la Academia Pontificia para la Vida, constata esta paradoja y da algunas pistas cuando afirma que, "si la apuesta parece estar en las investigaciones en células estaminales adultas, hay científicos (junto a sus promotores comerciales, académicos y gubernamentales) que ponen todos sus esfuerzos en la investigación en células estaminales embrionales. Esto es francamente irracional. Los resultados procedentes de las "células adultas" son mucho más prometedores y de mayor remuneración en términos de terapias y de ingresos financieros. Entonces, ¿qué está ocurriendo? Creo que factores como la ideología, una fascinación del pensamiento sobre el inicio de la vida humana, el deseo de obtener reconocimientos (artículos en la revista SCIENCE, premio Nobel, etc.) o un fastidioso sentido de culpa por los bancos de embriones congelados están pesando más en algunas de estas decisiones que incluso el viejo fin de lucro".

        En cualquier caso, Monseñor Fisher también incide en los intereses económicos que motivan la investigación con embriones al matizar que, "por un lado, está fuera de duda que, tras la voluntad de muchos científicos y de quienes les respaldan (universidades, sociedades farmacéuticas, fundaciones, gobiernos...), existe un crudo pragmatismo: obtén resultados (especialmente terapias populares) y obtendrás reputación y beneficios". Y aunque no duda de la buena voluntad de todos ellos de satisfacer al mismo tiempo las expectativas y las necesidades de los enfermos que esperan resultados de la comunidad científica, el prelado también cree que "en el proceso abandonan el principio ético de primum non nocere (ante todo, no perjudicar) y sitúan la investigación científica en una nueva vía muy peligrosa".

Abundan los argumentos en favor de las células adultas

La voz de la universidad

        Según una información publicada en el especial Campus del diario EL MUNDO del 24 de febrero, 5 de las 8 universidades implicadas en la Red de Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III, que están investigando con células madre, "aunque defienden el trabajo con embrionarias, advierten de sus peligros y exigen responsabilidad. En cambio, consideran las adultas una realidad clínica". En un recuadro del mencionado reportaje, en el que se hace una comparativa de las ventajas y los inconvenientes de las células adultas y las embrionarias, el resultado es incuestionable. Sólo se destaca una cualidad de las células madre embrionarias: la cantidad. De un solo embrión, se pueden extraer más células que del cuerpo humano adulto. Y aunque en teoría "pueden especializarse en más funciones del cuerpo humano que las adultas y tienen una mayor capacidad de proliferación en un cultivo", esa misma proliferación puede llegar a descontrolarse y generar tumores. Otro de los inconvenientes de las embrionales es que pueden producir rechazo. Por el contrario, en los trabajos con células madre adultas, no se destaca ni un solo inconveniente, y "son la alternativa natural para regenerar tejidos dañados por enfermedades degenerativas como el Parkinson, el Alzheimer o el infarto de miocardio". Además, al obtenerse del propio paciente, no provocan rechazo y no requieren ningún sacrificio de vidas humanas.

        Otra opinión cualificada, la del filósofo José Antonio Marina, viene a coincidir con los defensores de la investigación con células madre adultas. En una reflexión que hace sobre el tema en El Cultural de EL MUNDO del pasado 26 de febrero, Marina considera que "el progreso de la humanidad (no el progreso de la ciencia) ha ido acompañado de una sacralización de la vida humana. El hombre es cosa sagrada para el hombre, decían los estoicos. No es una verdad científica, sino un proyecto de vida. Rechazarlo por rigor científico es volver a la naturaleza, es decir, a la selva". Más adelante señala que "The University of Wisconsin Press acaba de publicar un libro de D. L. Kleiman, titulado Impure Cultures. University, Biology and the World of Comerce. Plantea una pertinente pregunta: ¿Quién está dirigiendo la agenda investigadora de las universidades? Responde: el mercado. Es decir, la ciencia se está desarrollando en un campo mercantil. Se investigará lo que pueda producir dinero o poder. Otro argumento a favor de apelar a un campo ético más de fiar".

        Es de desear que la lógica de todos estos argumentos, y de los buenos resultados obtenidos hasta ahora en las investigaciones y tratamientos que utilizan las células madre adultas, acabe imponiéndose a los dictados del mercado y a los deseos de obtener poder y beneficios económicos.