Jorge Fernández Díaz: ''Reencontrar a Dios ha dado sentido a mi vida''
Entrevista, EL PERIÓDICO DE CATALUNYA el 7 de diciembre de 2002 |
El mejor del mundo por su trabajo |
La espiritualidad del Opus, que significa cumplir como católico con coherencia sin alejarse del mundo y considerar que el trabajo es una manera de santificarse, la encuentro muy actual y sintoniza muy bien con mi pensamiento. Es un camino muy válido para un católico de hoy. Tengo simpatía y afinidad con la Obra.
Sólo quiero decir que la espiritualidad de la Obra me es muy afín y me identifico mucho con ella.
En mi vida hay un antes y un después. El antes lo viví muy alejado de la fe y de la práctica religiosa; y hubo un momento en que me encontré conmigo mismo, en la medida que encontrarse con Dios es encontrarte contigo.
He vivido un proceso particular de conversión. Paulatino. Empezó hace unos años. Pasé de ser un católico que no se acordaba de Dios a reencontrarme con él.
Interiormente sí. Me siento mucho mejor. La fe ha dado un nuevo sentido a mi vida. Hasta he llegado a encontrar sentido al dolor.
Eso forma parte de prejuicios y estereotipos del pasado y de personas que tienen una mente estrecha. Hay mucho desconocimiento.
No creo que influya en ningún sitio, porque la Obra no actúa como institución. Desde el Gobierno afirmo que esa influencia no existe.
Rechazo la contraposición entre obispos catalanes y Conferencia.
La Conferencia ha elaborado una instrucción pastoral que tiene un valor moral indiscutible porque hace un juicio moral rotundo contra el terrorismo y sus causas y contra el nacionalismo idolátrico y totalitario.
Nadie que sea nacionalista democrático puede sentirse perturbado por ese texto, en mi opinión. Cualquier demócrata, con independencia incluso de que sea o no creyente, puede compartirlo ampliamente.
Evidentemente no. Puede serlo ser nacionalista totalitario o idolátrico.
Esos encuentros nacieron a partir del año jubilar de 2000, cuando un nutrido y plural grupo de unos 90 políticos españoles acudimos a Roma para celebrar un encuentro ecuménico con el Papa. De aquel jubileo surgió la idea de mantener ese espíritu con cenas periódicas.
No, por favor. No tengo nada que ver con eso. Es normal que los presidentes de la Conferencia Episcopal y del Gobierno se vean para organizar la visita del Papa a España.
Yo no represento a la Iglesia.
Vivimos en un régimen constitucional que define a España como un Estado aconfesional, neutral religiosamente, que garantiza que todos los ciudadanos puedan profesar su creencia religiosa o su increencia. Se ha practicado un juego maniqueo que consiste en decir que estamos en un Estado laico, que ha expulsado de la esfera pública a lo católico. Eso no es lo que dice la Constitución.
No. Define el Estado como neutral religiosamente, no laico. La laicidad es buena, pero el laicismo es una religión intolerante que impide exteriorizar las creencias. |