A propósito del suicidio

José Javier Ávila Martínez www.PiensaunPoco.com

Un gran dolor muy próximo

        Estos días la opinión pública francesa en particular, y la mundial en general, se ha visto sacudida por el fallecimiento de Vincent Humbert, un joven fránces de 23 años (que se encontraba ciego, mudo y tetrapléjico), tras suministrarle su madre un barbitúrico tóxico.

        Como indicaba el titular de un periódico, una madre reabre el debate de la eutanasia en Francia tras matar a su hijo inválido. En estos momentos la madre se encuentra ingresada en un centro psicoterapéutico.

No admite excepciones

        Aprovechándose de este hecho, algunos grupos a favor de la eutanasia han empezado a movilizarse para transmitir la “necesidad” de la eutanasia.

        Según las informaciones publicadas, la madre de Vincent ha debido estar sometida a una fuerte presión física y emocional durante estos 3 años, y aunque la eutanasia en Francia es considerada un crimen, nadie duda que se tendrán en cuenta todas las circunstancias habidas en este caso.

        Pero esto no debe esconder el verdadero rostro de la eutanasia, y por tanto tenemos que saber poner la dignidad de la vida humana por encima de consideraciones de tipo pseudoemocional, como dice Miguel Ángel Monge en su libro Medicina Pastoral: “La vida humana merece un respeto absoluto y, por tanto, la eutanasia es siempre ilícita. La inclusión del factor piedad no cambia las cosas, porque lo fundamental sigue siendo la eliminación directa de la vida humana”.

Ir al fondo la cuestión

        En esta caso, como en otros, habría que favorecer la medicina paliativa, y que en estos últimos años se ha visto implantada en numerosos hospitales, a través de la formación de equipos, así como su inclusión en los estudios universitarios.

        Podemos hacernos algunas interesantes preguntas sobre la ayuda recibida por la madre de Vincent, durante estos 3 años, ¿tuvo la atención debida, tanto a nivel psicológico como económico?, ¿afrontó sola la atención de su hijo?, ¿estaba resuelta su situación laboral?. Una sociedad que acabase buscando la solución más sencilla (eliminar al paciente y se acaba con el problema) no sería humana sino utilitarista.

Saber morir

        También otro campo sobre el que merece reflexionar, es el del sufrimiento, algo de lo que no se quiere oír, pero que forma parte de nuestras vidas (de una forma o de otra), como dijo el conocido psiquiatra Víctor Frankl “vivir es sufrimiento y sobrevivir es encontrar sentido al sufrimiento”.

        En esto, tenemos un ejemplo claro en la figura de Juan Pablo II, a quien no le asusta, ni le humilla el dejarse ayudar, como vimos en su último viaje a Eslovaquia, dependiendo de los demás para colocarle frente al altar, para leer...Saber vivir es saber envejecer y también es saber morir.

Entelequia de bienestar

        Vivimos en una sociedad, en la que continuamente se nos habla del bienestar, pero al mismo tiempo surgen cientos de ONGs con el objetivo de ayudar a los más necesitados. Sabiendo que en casos terminales, o como en el de Humbert, su contribución es fundamental, pero con la diferencia de que ayudar a llevar la enfermedad o preparar para su muerte (más o menos cercana), no es matar, como quieren conseguir los colectivos pro eutanasia.