La
familia y los valores morales.
LA
NACION LINE Opinion |16.04.99 |
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Los
valores en sociedad
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Un problema que se ha vuelto a instalar en
el centro de las preocupaciones del hombre de este tiempo es el que se
vincula con el estado actual de la relación entre la cultura social
predominante y el mundo de los valores. |
Relativismo
moral
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La
mayor parte de los conflictos que desgarran a las sociedades en este mundo
en que vivimos, tan cargado de incertidumbres y de inseguridades, tiene
su origen en el avance de concepciones impregnadas de un creciente relativismo
moral. |
La
falta de verdad garantiza el caos
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Si
se siguen avasallando los derechos humanos en tantos lugares del planeta,
si la violencia sigue prevaleciendo sobre la razón, si la guerra
sigue siendo una manera inevitable de dirimir los desacuerdos internacionales,
ello se debe en una medida fundamental a la ausencia de principios
basados en el acatamiento de un orden moral objetivo e inequívoco. |
Datos
por desgracia no faltan
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Si tantas
sociedades se ven perturbadas por el crecimiento de una delincuencia irracional,
que demuestra no tener el más mínimo escrúpulo y
que llega a extremos sombríos de sadismo y crueldad, como lo estamos
comprobando a diario los argentinos, la causa hay que buscarla en la irrupción
de generaciones humanas desconectadas de toda posibilidad de distinguir
entre el bien y el mal, probablemente porque crecieron al abrigo de una
visión utilitaria y relativista de las cosas, huérfana de
toda creencia en los valores estables y en la sacralidad de la vida humana. |
Los
valores de la ética |
Si
ante los efectos devastadores de las crisis económicas tarda en
asomar un sentimiento de solidaridad capaz de atenuar el sufrimiento de
los sectores más desprotegidos, ello obedece a que falta en las
franjas sociales con mayor poder de decisión un sistema de pensamiento
fundado en el reconocimiento de valores éticos objetivamente ciertos. |
La
familia |
El relativismo moral se ha visto favorecido, entre
otras causas, por la tendencia a la disolución de la familia, que
es el ámbito natural en el que se transmiten los principios y las
nociones de orden moral sobre los cuales se construye el andamiaje de
una sociedad fundada en la convivencia y en el respeto a la dignidad de
las personas. |
Primero
lo sufren los jóvenes |
Cuanto
se haga para fortalecer a la familia, célula del organismo social
y reducto espiritual en el que se templan el carácter y el respeto
a los valores más nobles del espíritu humano, contribuirá
de manera decisiva a erradicar los factores que conspiran contra la armonía
y el entendimiento social. El debilitamiento del grupo hogareño
está en el origen de la mayoría de los males que corroen
a la sociedad de este tiempo: la delincuencia juvenil, la corrupción,
la desorientación de los jóvenes, el avance de la drogadicción,
la pérdida del sentido de la vida. |
En
realidad no maduran |
La avalancha
de delitos cometidos por menores de edad un fenómeno que
está cobrando terrible virulencia en nuestro país y también
en otros lugares del mundo obedece en la mayoría de los
casos al descalabro de ciertos principios éticos básicos
como consecuencia de la crisis que atraviesa la familia, que ha dejado
de ser un ámbito de contención y de acompañamiento
para los niños y adolescentes en proceso de maduración.
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Ideal
caldo de cultivo de buenos hábitos |
El rol del hogar en la transmisión
y conservación de los valores morales requiere un análisis
profundo y desapasionado. Ante la declinación alarmante de las
reservas morales y culturales capaces de frenar los peores instintos del
alma humana, no hay seguramente mejor estrategia de largo alcance que
la defensa y la preservación del núcleo familiar, ese espacio
primario en el que se construyen los cimientos de la personalidad y se
planta la semilla de los valores que habrán de modelar y regir
los comportamientos de las generaciones venideras. |