Educar.es: Recetas caseras
para motivar el estudio

Josemanuel Tarrío www.PiensaunPoco.com

  • 1.- Si tu hijo no estudia no es porque sea un flojo o un irresponsable. Bien sabes que no lo es cuando le interesa. Por tanto, enfoca bien el problema. Es una cuestión de motivaciones.

  • 2.- Normalmente los problemas de estudio se presentan en la mal llamada edad del pavo. No te quedes en los eslóganes o frases hechas. Decir que tu niño no estudia porque está con el pavo subido es lo mimo que no afirmar nada o decir que no estudia porque no estudia.

  • 3.- La adolescencia significa un cambio de expectativas. Se pasa del por qué de las cosas a por qué me pasan o no me pasan a mí las cosas.

  • 4.- Por eso, el estudio pierde el interés que suele ser normal en un niño de Primaria. Para el adolescente su vida va por un lado y el estudio por otro.

  • 5.- La inteligencia del adolescente es una inteligencia sumamente sentimental. Las cosas no tienen un por qué sino un por qué para mí.

  • 6.- Por este motivo, las razones racionales que ofrecemos a los jóvenes para que estudien suelen caer en saco roto.

  • 7.- No te asustes porque tu hijo piense con el corazón y no con la cabeza. Es bueno que eso ocurra en su etapa de desarrollo. Así estamos hechos. No vayas contra la naturaleza humana.

  • 8.- Pero eso no implica que tú como padre o madre pierdas el sentido común. Se trata de que sepas utilizar esa situación concreta para educarla y centrarla.

  • 9.- Un adolescente estudiará, o pondrá más empeño por estudiar, si le compensa sentimentalmente. Esto es así y no hay que saber psicología para que nos demos cuenta y lo aceptemos.

  • 10.- También, en cierto sentido, los adultos somos así. Trabajamos mejor, por ejemplo, cuando nos valoran y nos agradecen nuestra labor.

  • 11.- Las madres suelen ser sabias –y no se enfaden los padres– en conocer los resortes emotivos de los hijos. Aprovecha esto para conseguir cambios de actitudes.

  • 12.- Un adolescente estudiará con más intensidad si observa que sus padres están preocupados por su desidia para con los estudios. Y aquí la clave está en ese si observa. Y observar no consiste en que le des sermones, le castigues, le premies, le grites o conviertas tu casa en un infierno. Muévele por el corazón. Verás los resultados.

  • 13.- Que tu niño no estudia: vuélcate en el cariño. Ese cariño que no reprocha y que no exige nada para ser dado. Harás maravillas.

  • 14.- Que tu hijo adolescente no estudia: ¿se está a gusto en casa?