Autoridad y libertad Educación de la voluntad Victòria Cardona. Educadora Familiar www.E-cristians.net 28/03/2003 |
Aportando modelos |
La palabra educación viene del latino "educere", que quiere decir sacar, extraer. La palabra autoridad de "augere", que quiere decir aumentar. Vemos la estrecha relación que existe entre estos dos vocablos. Padres y madres queremos que nuestros hijos e hijas sean autónomos y responsables. Por eso es por lo que tenemos que incrementar sus posibilidades educando su voluntad y motivando su esfuerzo. Es a partir de los 4 años cuando los niños reconocen lo que está bien y lo que está mal y cuando tienen uso de razón son capaces de razonarlo. Reflexionamos en este contexto, si somos capaces de hacer distinguir lo que está bien de lo que está mal y si los progenitores y los familiares del hijo o hija que se quiere educar son un referente adecuado, proporcionando pautas y modelos de actuaciones coherentes con los valores que se quieran transmitir. Para educar la voluntad tenemos que apoyarnos en la creación de hábitos y en las motivaciones: |
Orden imprescindible de horario razonable |
1.-
Creación de hábitos: El orden es fundamental en la educación. Tener unos horarios para levantarse y para ir a dormir, para la hora de la comida, para el tiempo de ocio, para el estudio, para recoger los juguetes... Es conveniente organizarse, teniendo en cuenta las posibilidades y limitaciones del matrimonio, no se diera el caso de que por demasiado perfeccionismo nos equivocáramos a la hora de marcarnos objetivos para conseguir. Por esto, es evidente que se tiene que prever el horario del día de fiesta y el horario del día de trabajo, hablando los dos cónyuges y poniéndose de acuerdo por repartirse las tareas. La experiencia nos demuestra que muchas veces recae todo sobre la madre, defecto que hay que evitar. El orden de un hogar no será el de un museo, ni de un cementerio, puesto que cuando hay vida hay movimiento, más bien será el orden de un obrador, donde el amor de los padres hacia los hijos marcará los límites de lo que se han propuesto. La voluntad de los hijos se fortalecerá, si la van ejercitando, con el cumplimiento de sus obligaciones diarias. |
Que se sientan enriquecer |
2.-
Las motivaciones: Los elementos por parte de la familia que contribuyen a incrementar la motivación de los niños y adolescentes son, entre otros, la confianza, el buen humor, la alegría, la paciencia, la generosidad. Como siempre se trata de ser un buen referente para los hijos y de esforzarnos para que los valores sean transmitidos por el testigo personal. |
Razones positivas | A menudo nos encontramos con que les cuesta el cumplimiento del deber, puesto que no tienen el deseo o las ganas de esforzarse, por esto es conveniente hacer ver que lo que se pide es algo que les producirá un bien. La voluntad actúa cuando la inteligencia hace ver que aquello que se propone es bueno. Al dar órdenes, los padres y madres, lo tienen que hacer de una manera positiva. Por ejemplo, si decimos a un niño: "no hagas ruido, no juegues con esto, que molestas", la orden es negativa y sólo conseguiremos disgustarlo: Si decimos "¿Que otro juguete quieres? mira, quizás con este haremos menos ruido, el hermanito pequeño no se despertará y así la madre estará contenta..." La motivación del pequeño ha sido doble: por una parte, lo ha hecho por amor a su madre y, por otra, ha hecho un bién a su hermano. Ni que decir tiene que lo mismo con otra escena, para un adolescente, se presentaría con una actitud más participativa y de sugerencia. |
Para no capricho y no sensaciones |
La educación de la voluntad de nuestros hijos tiene la finalidad de que se esfuercen en entresacar el bien con autonomía y libertad, conociendo sus calidades y defectos, para ser felices y que se acostumbren a establecer compromisos. Escribe el Catedrático de Psiquiatría Enrique Rojas: "Voluntad es entresacar. Y entresacar es anunciar y renunciar... Querer, es determinación. Y por esto, necesita el apoyo de una voluntad firme, atemperada en la lucha y el esfuerzo." En estos tiempos que vivimos, debemos mostrar afecto y dedicación para conseguir niños con pautas de orden y, también, jóvenes con fortaleza, ilusionados en grandes ideales, para cumplir con su deber y no dejarse llevar por el capricho ni por las sensaciones del momento. |