Historia y propiedades de las iglesias ortodoxas cismáticas hasta el concilio Vaticano I

1. Patriarcado de Constantinopla

La Iglesia ortodoxa separada de la unión con la Sede de Pedro en el año 1054 se fue fragmentando en iglesias autónomas o autocéfalas. A diferencia del protestantismo los ortodoxos han conservado la unidad doctrinal y de culto, pero han perdido la unidad de jurisdicción.

Con la sede de Constantinopla se separaron las demás iglesias orientales

        La sede de Constantinopla fue la que provocó el Cisma y con ella se separaron de Roma todas las iglesias que en 1054 estaban bajo su jurisdicción. Las relaciones entre latinos y griegos durante los siglos XII y XIII son un capítulo muy interesante que aquí sólo podemos resumir. La Iglesia mantuvo siempre el objetivo de la unión con los griegos, prueba de ello es que todos los Concilios Ecuménicos celebrados en este periodo lo trataron entre sus objetivos primordiales. Pero hay que tener en cuenta que "la cuestión oriental" no era sólo un problema eclesiástico sino también militar.

Las Cruzadas acabaron perdiendo su sentido original
        En 1087 Jerusalén fue conquistada por Saladino y pronto comenzaron las cruzadas, la primera es de 1095, para recuperar de los infieles la Tierra Santa. En el II Concilio de Lyon, el año 1274, la unión llegó a conseguirse oficialmente, pero no duró. Las Cruzadas, que comenzaron alentadas por los pontífices como empresas militares de la cristiandad con fines espirituales, para recuperar los territorios arrebatados por los infieles, fueron degenerando poco a poco. En realidad, la última cruzada de la cristiandad unida es la quinta, el año 1219.
Latinos y griegos separados en oriente         Los intereses nacionales van prevaleciendo sobre los de la cristiandad y con ellos la visión político-económica que guiaba los espíritus tanto en los reinos latinos como en los orientales. En el siglo XIV el término "cruzada" se había vaciado de todo contenido espiritual y propiamente cristiano y las expediciones de los occidentales se convirtieron en campañas de anexión mediterránea. Durante los años de la ocupación de Constantinopla por los latinos de la cuarta cruzada (1199) que dio origen al Imperio Latino de Constantinopla, el Patriarca griego fijó su sede en Nicea y se creó una jerarquía oriental latina, paralela a la griega. De hecho, la presencia de los latinos como señores de la capital, fue más una causa de separación que de unión. En cuanto pudieron, los griegos les expulsaron militarmente de sus territorios y la jerarquía ortodoxa volvió a establecerse en sus sedes.
En poder de los turcos         Puede decirse como resumen que a pesar de los esfuerzos de los Papas y de los sucesivos intentos conciliares en el siglo XIII no se logró la unión y que el desarrollo histórico posterior no hizo más que aumentar las dificultades. El 29 de mayo de 1453 Bizancio cayo en poder de los turcos, que la saquearon de modo espantoso y convirtieron Santa Sofía en una Mezquita. Los turcos sometieron a su jurisdicción todos los territorios cristianos de su Imperio con lo que Constantinopla obtuvo, en condiciones dramáticas, la primacía de jurisdicción que tanto había reclamado a Roma. Después, comenzó la persecución: a las humillaciones se añadió la prohibición de construir iglesias urbanas, su antigua y esplendorosa liturgia debía celebrarse en lugares pobres y oscuros. La persecución aumentó desde el siglo XVII: el año 1638 el Patriarca Lukaris fue estrangulado y arrojado al mar.

Una notoria influencia política durante siglos

        En 1821, cuando comenzó la lucha contra los turcos, el Patriarca Gregorio V, fue colgado en la puerta de su Basílica revestido de todas sus insignias. En resumen, de los 239 patriarcas que se sucedieron desde 1453 hasta la guerra de liberación en 1821, sólo 31 murieron en el cargo, los demás fueron depuestos violentamente o asesinados. Además, la pérdida progresiva de importancia de la ciudad provocó una relajación paralela de su influjo eclesiástico, según el mismo discurso político que Constantinopla había empleado en sus reclamaciones a Roma. En 1589 el patriarcado de Moscú se declaró independiente. Actualmente están bajo su jurisdicción los ortodoxos de Constantinopla, junto con las metrópolis de Calcedonia, Derki y los pequeños exarcados de América y de Europa Occidental y Central. En total son un millón y medio de fieles. Se incluye también en su jurisdicción la república monástica de Athos, llamada la Montaña Santa (hagion oros), con 5.000 miembros y un influjo muy profundo.