Habla el presidente de la Asociación Pro Beatificación Antonio Gaudí.

El amor de Gaudí por la naturaleza nos acerca a Dios

Concluida la fase diocesana del proceso de beatificación del arquitecto catalán Antonio Gaudi, la agencia Veritas ha entrevistado al arquitecto José Manuel Almuzara, presidente de la Asociación Pro Beatificación Antonio Gaudí.

(ZENIT.org-VERITAS)

Ahora que ha concluido la fase diocesana del proceso de beatificación ¿qué funciones tendrá la Asociación que usted preside?

        La Asociación tiene como objeto principal lograr la beatificación y canonización de Antonio Gaudí Cornet, y también la proyección exterior del arquitecto en sus dos vertientes, espiritual y artística, a través de la organización de conferencias, exposiciones, etc.

        Como parte actora en el Proceso judicial de la beatificación de Gaudí, ha solicitado la devoción privada y la apertura de la Causa, la designación de un vicepostulador, etc. Concluido el paso diocesano del proceso de beatificación, la Asociación seguirá en sus fines y funciones, por lo tanto, el trabajo continúa.

En este tiempo de trabajo, usted ha estudiado profundamente la personalidad de este genial arquitecto ¿qué es lo qué más le ha impresionado de ella?

        Su dedicación al trabajo y su servicio a los demás y a Dios. Me fijaría en un detalle: en las columnas de los ventanales de los muros laterales de la Sagrada Familia, Gaudí colocó las inscripciones «oro, incienso y mirra» relacionándolos con la limosna, la oración y el sacrificio.

        Sería una forma de resumir muy brevemente el mensaje de Gaudí, con oración, sacrificio y limosna levantamos el templo material, la Sagrada Familia, y el templo personal.

¿Por qué puede ser Gaudí un ejemplo para los cristianos?

        Gaudí a través de su amor a la naturaleza, del estudio de sus formas, del orden, y de la belleza, nos lleva a Dios creador.

        A través de su vida de trabajo intenso, de sacrificio, de humildad; a través de su vida de piedad, y de su amor a la Eucaristía, a la Pasión de Jesucristo y a la Virgen, nos lleva a Dios redentor y santificador.

        Jun Young Joo, director de la Cámara de Comercio e Industria de Pusan, Corea, escribió una carta con motivo de su conversión al catolicismo en la que decía: "Gaudí está predicando la fe católica al mundo entero a través de su arquitectura".

Usted es arquitecto. ¿Por qué diría que Gaudí es un arquitecto «genial»?

        Ha sabido descubrir, a través de una detenida, profunda e inteligente observación de la naturaleza, los modelos, las formas, las leyes que el Creador nos ha legado, para, colaborando con Él, construir unos edificios singulares.

        Además, sirviéndose de los estilos históricos, Gaudí corrige sus fallos, es evolucionador e innovador.

¿A qué atribuye la preocupación de Gaudí por que sus obras fueran «seductoras» en el sentido de atrayentes para todos, profanos y entendidos?

        Gaudí se esforzó para que sus obras fueran bellas, «la Belleza es
el esplendor de la Verdad; sin la Verdad no hay arte».

¿Cómo interpreta usted esa frase impactante de Gaudí: «La originalidad consiste en volver al origen»?

        Puedo dar la contestación del propio Gaudí, que recogió su discípulo Isidre Puig Boada: «La creación continúa incesantemente por mediación de los hombres, el hombre no crea: descubre y parte de ese descubrimiento. Los que buscan las leyes de la naturaleza para formar nuevas obras, colaboran con el creador; los copistas no colaboran. Por eso la originalidad consiste en volver al origen».

Cuando Gaudí fue encontrado, tras el accidente que le produjo poco después la muerte, llevaba consigo el Evangelio ¿era ésta la principal fuente de su religiosidad?

        Sí, pero no sólo el Evangelio, también los libros de la liturgia, el misal romano, etc. Gaudí decía que «el hombre sin religión era un hombre disminuido espiritualmente, un hombre mutilado».

        Además, según Gaudí «La vida es amor y el amor es sacrificio. El sacrificio es lo único realmente fructífero». Para poner en práctica este ideal Gaudí practicaba las virtudes, asistía a misa, frecuentaba los sacramentos y rezaba diariamente en la cripta de la Sagrada Familia, antes de empezar a trabajar.

        Muchas personalidades que Gaudí tuvo oportunidad de conocer contribuyeron a perfilar su religiosidad: el beato Enrique de Ossó, los obispos Grau, Torras y Bages, el jesuita Ignasi Casanovas, el filipense Luis María de Valls, monseñor Cinto Verdaguer, Josep María Bocabella, Joan Martorell, monseñor Gil Parés, etc.

Hace poco el vicepostulador de la causa de beatificación, Lluis Bonet i Armengol, recordaba un pensamiento expresado por Gaudí en el que decía que él construyó la Sagrada Familia, pero que sobre todo la Sagrada Familia le construyó a él. ¿Cuál fue la relación del arquitecto con su obra magna, que marcó por otra parte sus últimos años?

        Desde finales de 1883 hasta el día de su muerte en junio de 1926, Gaudí trabajó en las obras del Templo de la Sagrada Familia, por tanto, son muchos años en la construcción de dicho proyecto.

        En la Sagrada Familia Gaudí encontró la mejor y mas completa manera de servir a Dios y a los demás. Decía: «La Iglesia no para de construir y por eso su cabeza es el Pontífice, que quiere decir que hace puentes. Los templos son puentes para llegar a la Gloria».