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No habría problema alguno |
A raíz del caso Rocco Buttiglione, el político italiano recusado por el Parlamento Europeo debido a sus convicciones católicas, Messori señaló que alguien ha dicho que los católicos junto con los fumadores y los cazadores, son una de las tres categorías que no están protegidas por lo políticamente correcto, y de las que, por tanto, se puede hablar mal libremente. Gracias a Dios, el antisemitismo ha terminado. Pero ha sido sustituido, en la cultura occidental, por el anticatolicismo, explicó en la entrevista traducida al español por el diario La Razón. Según el escritor, Buttiglione es diana de la incorrección política por partida doble. Antes, los que eran objeto de sarcasmo y críticas eran los negros, las mujeres, los judíos o los homosexuales. Ahora, por suerte, ya no se pueden atacar estas categorías. Pero no veo por qué se tiene que injuriar a otras. Ahora, explicó, a pesar de que los musulmanes degüellen a las personas, nadie osa hablar mal del islamismo. En cambio, los ataques contra los católicos gozan del aplauso público, inclusive en equivocadísimas películas como La Mala Educación o Las Hermanas de la Magdalena. | |
Todos sin excepción |
Según Messori, éstas son la prueba de lo que decíamos antes: con los católicos se puede, es más, se les debe hacer daño. Los curas de Almodóvar son todos, pero todos sin excepción, pederastas. Las hermanas de la Magdalena y quién sabe cuántas más fuera de la película y dentro de los colegios y los conventos son cancerberas. Y así todo. El asunto Buttiglione se inserta, por desgracia, en este clima. Un clima en el que, como verá, nadie rueda una película sobre un gurú budista o un imán que abuse de menores, indicó. | |
La situación es providencial |
Razones
de esperanza El cristianismo, y el catolicismo en particular, necesita de un antagonista para redescubrir su propia identidad y su propia fuerza, explicó. Actualmente los católicos corren el riesgo de convertirse en personajes banales de talk show, que recitan un blablablá bondadoso y están dispuestos a dialogar con todos, también con quien les quiere cortar el cuello. A esta especie de pensamiento débil se contraponen verdades fuertes. Y cuando se dicen verdades fuertes sobre los gays, o sobre cualquier otro asunto, se organiza un escándalo. Pero que nos viene bien a los católicos. Cuando la Iglesia dice cosas neutras o banales, de tipo pacifista, todos se arrodillan. Sin embargo, cuando Juan Pablo II ejerce de Papa y se sale de todo lo políticamente correcto, como en el caso del documento del Cardenal Ratzinger sobre las mujeres en el seno de la Iglesia, entonces explota, más o menos disfrazado, el anticlericalismo de ambos polos, concluyó. | |
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