¿Naturaleza o educación?


The Guardian, publicado en El Mundo, 2004-05-21
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Experimento y suicidio

        Muchos científicos afirman que la identidad sexual la da la genética y no la cultura. Hoy, los dos gemelos Reimer se han suicidado tras ser "conejillos" de los terribles experimentos del Dr. John Money que declaran que la identidad de género se adquiere con la educación y dieron base falsa al feminismo de género y a la liberación de la mujer.

        El suicidio de los hermanos Reimer ha puesto en evidencia las graves secuelas psicológicas que sufrieron ambos tras ser utilizados como 'conejillos de indias' por John Money. Este profesor de la universidad Johns Hopkins de Baltimore quería demostrar que el género puede modificarse por la educación.

        Hasta hace unos años, el nombre de David Reimer no le sonaba a nadie externo a su círculo inmediato, y para cuando se suicidó el pasado martes en circunstancias desconocidas en su aldea natal de Winnipeg (Canadá), ya se había tintado de matices oscuros, los de un nombre que pertenecía a un peculiar vecino de 38 años, un hombre separado de su mujer que se ofrecía a hacer pequeñas chapuzas, antiguo trabajador de un matadero a quien le gustaba ir de compras a los rastrillos y hacer arreglos en su coche. De hecho, para alguien interesado en el desarrollo de la psicología entre los años 70 y 80, la historia de la vida de Reimer habría resultado vergonzosamente infame.

La teoría bien montada

        Bajo el nombre de Brenda, David Reimer fue un conejillo de 'indias' involuntario, junto con su hermano gemelo Brian (que se quitó la vida en 2002), en un experimento médico inicialmente muy famoso pero que se labró después una mala reputación, llevado a cabo por el médico de Baltimore (EEUU), John Money.

        El destacado médico de EEUU intentó resolver, de una vez por todas, el peligroso debate entre naturaleza y educación y demostrar que el sexo de una persona es tan incierto al nacer que con un simple cambio en la práctica de su aprendizaje, junto con una sencilla operación quirúrgica, un chico podía convertirse en una chica mientras su hermano gemelo se desarrollaba en su cuerpo de hombre.

        La idea era dividir en dos el mundo de la psicología sexual. Y tras 12 años de tratamiento traumático, seguido de otras dos décadas intentando reparar el daño causado, el ensayo llevó a David Reimer hacia su propia muerte.

"Una presunta solución"

        «Fue una especie de lavado de cerebro», afirmó Reimer una vez para resumir su identidad masculina tras haber pasado su niñez como Brenda.

        Las raíces de la tragedia se remontan hasta 1965, durante una visita rutinaria de Janet y Ron Reimer al hospital, con sus bebés gemelos Bruce y Brian. Los médicos les habían recomendado la circuncisión, una práctica aún muy común en el norte de EEUU, pero la operación de Bruce resultó nefasta. Por ello, cuando meses después los desconsolados padres vieron por casualidad un programa en televisión, donde John Money defendía a capa y espada las nuevas y radicales teorías sobre la formación del sexo, les pareció que aquello podría arrojar un atisbo de luz en el oscuro mundo en el que se había sumido a su hijo. «Aseguraba que es posible que los bebés tuvieran un sexo neutral al nacer, un sexo indefinido, que se puede cambiar en el desarrollo de su vida», explicó más tarde Janet Reimer a John Colapinto, autor de un libro sobre este experimento titulado 'Tal como la naturaleza lo hizo'.

        En las fotografías realizadas en aquella época, Money –entonces profesor de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, EEUU, donde sigue ejerciendo en la actualidad– representa la parodia de un sexólogo progresista, con bigote y cuello vuelto, una imagen ratificada además en sus escritos.

Una mentalidad y una época

        El médico confiaba ciegamente en que Bruce podía ser educado como una chica. Desde una perspectiva experimental, Brian Reimer sería el individuo perfecto para hacer de control: su herencia genética era idéntica a la de su gemelo Bruce. La única diferencia es que uno podría ser educado como una chica, y el otro como un chico. El énfasis de Money en la educación por encima de la naturaleza encajaba a la perfección con el espíritu progresista de la época, sobre todo con el movimiento femenino, cuyos defensores aseguraban que el papel tradicional y social de la mujer no venía biológicamente definido.

        «En cualquier caso, tras la guerra se produjo un cambio, que desmentía que la gente fuera biológica, innata e inherentemente lo que parecían ser», explica Lynne Segal, catedrática de Psicología y Sexo en el Colegio Birkbeck de Londres (Reino Unido). «Acabábamos de ser testigos del nazismo y de la idea de que algunas personas eran malas por naturaleza, como los judíos o los gitanos, entre otros, por lo que la fuerza del concepto de cultura y sociedad encajaba al dedillo con los ideales socialdemócratas». Los Reimer no entraron en este tipo de debates, simplemente querían 'salvar' a su hijo. «Yo admiraba al doctor Money como si fuese un dios», resumió Janet.

        Bruce Reimer comenzó su conversión a Brenda el 3 de julio de 1967 cuando fue operado por los médicos del Johns Hopkins le practicaron una operación de castración.

Nunca se aceptó mujer

        Las cosas fueron mal desde el principio. Janet Reimer recuerda que lo que ocurrió cuando le puso a Brenda su primer vestido, justo antes de que cumpliese los dos años. «Intentó arrancárselo, romperlo. Recuerdo que pensé: ¡Dios mío, sabe que es un chico y no quiere que le vista como a una chica!».

        En público, Money aseguraba que el estudio «John/Joan» había tenido un éxito arrasador. «Este caso constituye un apoyo férreo a la mayor de las batallas de la liberación de la mujer: el concepto de que las pautas convencionales sobre el comportamiento masculino y femenino pueden alterarse», publicó 'Times,' en un artículo que disparó las ventas de la revista. Pero en privado, las cosas se le iban de las manos. Brenda necesitaba asistir con regularidad a una terapia con Money en Baltimore, en compañía de su hermano. Según relata Colapinto, aquello pronto degeneró en una especie de encuentros terroríficos que traumatizaron profundamente a los dos niños.

El suicidio de Brian

        Cuando Brenda llegó a la adolescencia, la chica ya había intentado suicidarse al menos una vez. Se negó a que se le practicasen más operaciones pero aceptó, aunque de manera irregular, tomar estrógenos que favorecieran el desarrollo de sus mamas. El doctor John Money se fue alejando gradualmente de la vida de los Reimer, pero Brenda continuó en tratamiento psicológico.

        En 1980 se le informó a Brenda de lo sucedido, y a las pocas semanas optó por un cambio de sexo. Gracias a los desarrollos de la faloplastia, ella, que tomó el nombre de David, se sometió a un proceso quirúrgico durante cinco años para recuperar los órganos sexuales masculinos. A los 23 años se casó. En el año 2000, la historia de David se hizo pública. Pero su felicidad no duró demasiado ya que, terminaron separándose.

        Dos años más tarde, Brian Reimer (el gemelo que sirvió de sujeto control en los terribles experimentos de Money) se quitó la vida con una sobredosis de los fármacos que tomaba para tratar su esquizofrenia. Según parece, David se sentía responsable de su muerte, por lo que visitaba a diario la tumba de su hermano. Los amigos afirman que cayó en un estado de angustia total.