Pon de moda… la humanidad (6)
Poner de moda la humanidad significa redescubrir la maravilla que encierra cada ser humano, por el sólo hecho de serlo. En cada hombre y en cada mujer, hay algo "más" que no se ve a simple vista. Ese "más" es precisamente lo que les humaniza, y hace de ellos, de ti que lees estas líneas y de mí que las escribo, un alguien increíble, único y valioso.

Nieves García,
Es insólito aunque no lo parezca

9. Eres un ser humano, el único ser que puede entrar en su interior(1) y …rezar. ¡Ora!

        Todo ser humano tiene la experiencia de poseer una intimidad, dónde guarda su ser más valioso. La intimidad indica un “dentro” que sólo conoce él mismo. Tus pensamientos, tus sentimientos,… no se conocen si no los expresas. La intimidad es como una apertura hacia adentro. Además es un “dentro” que crece; del cual brotan realidades nuevas, inéditas: son las cosas que se nos ocurren, planes para poner en práctica, invenciones, decisiones de vida, sentimientos nuevos… que viven ese ser interior que “eres tú mismo y qué decide”. Tu intimidad guarda tu gran tesoro: tu libertad.

        Cada ser humano se experimenta como un alguien real, único, que piensa, siente y decide; y no como un algo. Ningún estudio neurobiológico ha podido dar cuenta de ella.

Ese "yo" irrepetible y grandioso, único, que somos cada uno.

        En los momentos más difíciles de la vida, necesitamos entrar en nosotros mismos. Hace años esta carta, encontrada en el bolsillo de un soldado americano destrozado por una granada durante la 2ª Guerra Mundial, se fotocopió y dio la vuelta al mundo.

        "Escucha, Dios... Yo nunca he hablado contigo. Hoy quiero saludarte: ¿Cómo estás? ¿Tú sabes...? … Yo nunca había mirado tu gran obra, y anoche, desde el cráter que cavó una granada, vi tu cielo estrellado. Yo no sé si Tú, Dios, estrechas mi mano, pero, voy a explicarte y comprenderás... Es bien curioso: en este horrible infierno he encontrado la luz para mirar tu faz. Después de esto, mucho qué decirte no tengo. Tan sólo me alegro de haberte conocido...
        ¡La señal...! Bueno, Dios, ya debo irme... Me encariñé contigo... Aún quería decirte que, como Tú sabes, habrá lucha cruenta... Y quizá esta misma noche llamaré a tu puerta.
Aunque no fuimos nunca amigos, ¿me dejarás entrar, si hasta ti llego?
        Pero... ¡si estoy llorando! ¿Ves, Dios mío? Se me ocurre que ya no soy tan escéptico... Bueno, Dios, debo irme. ¡Buena suerte! Es raro, pero ya no temo a la muerte".

        ¡Cuantas oraciones en los labios temblorosos de un soldado que espera la batalla, cuantos sentimientos ocultos en el corazón de la madre que recibe noticias de la salud de su hijo en la antesala del quirófano, cuantos páginas de diarios escritos en la soledad del alma que revelan la intimidad de alguien...! Cada ser humano posee una intimidad que le revela como alguien único y maravilloso, que puede abrirse al Absoluto.

Porque somos humanos necesitamos afectos 10. Eres un ser humano…capaz de ser amante y necesitado de ser amado. ¡Atrévete a Amar y déjate querer!

        Los estudios sobre el apego que se da entre la madre y el hijo en las primeras horas del nacimiento han demostrado que el cuerpo humano, está hecho de tal forma que necesita vitalmente para existir manifestaciones mínimas de afecto, que pueda recibir a través de algún sentido especialmente a través del tacto, la vista, etc. Por ello la madre que acaricia, alimenta, ve y mece a su hijo tiene tanta importancia en el desarrollo de la personalidad segura y equilibrada afectivamente.

        La estructura psicológica humana está hecha para descentrar al ser humano de sí mismo. Cuanto mayor es la preocupación por uno mismo, más posibilidad de neurosis. El amor hace que se ponga la atención y el esfuerzo en el bien del otro y psicológicamente genera en el sujeto la tensión necesaria para el equilibrio mental.

        El amor supone de forma obligada una relación entre dos seres humanos. Cuando un ser humano se siente amado, no se siente solo. El sentimiento de soledad(2) proviene cuando el sujeto descubre que no importa a nadie, que no es nadie para alguien. La soledad es la principal causa de depresión, y en muchos casos esta lleva al suicidio.

Olvidados de lo que somos

        Una reciente estadística presentada en el Congreso del Programa Nacional para Prevención de Suicidio revela que actualmente, en Alemania, mueren más personas por suicidio que en accidentes de tráfico. En el año 2001, 8.188 hombres y 2.968 mujeres se suicidaron. Una cantidad diez veces mayor lo intentó fallidamente. En uno de cada dos casos se trató de una mujer mayor de 60 años a nivel mundial según el último informe de OMS, octubre 2003. Aproximadamente una persona se suicida cada 40 segundos.

        ¿Puede ser que los hombres y mujeres del siglo XXI se hayan olvidado de lo más esencial acerca de ellos mismos?

        Cada ser humano, hombre o mujer, por ser una unidad personal de espíritu y cuerpo, es un sujeto único y valioso en sí mismo. Su valor incuestionable se hace evidente porque es el único ser en todo el universo capaz de amar y ser amado.

        No podemos vivir sin amar y sin ser amados. ¿Por qué?
Porque somos algo “más”…ese “más” nos humaniza, nos hace seres para el otro, más que las cosas. Siempre un fin y nunca un medio. Las cosas se usan, las personas se aman.

El humano y su famosa dignidad

        En la carne y en los huesos humanos hay un alma que es un espíritu, y que vale más que todo el universo, porque el salto de la materia al espíritu es inmenso y siempre cualitativo.

        El ser humano, por más dependiente que sea de los pequeños accidentes de la materia, existe por la existencia misma de su alma que supera al tiempo y a la muerte. El espíritu es la raíz de la personalidad.

        Lo digno tiene valor en sí y, porque tiene valor, es respetado y tratado de forma adecuada, de acuerdo a lo que es. El oro no se arroja al estercolero, ni se guarda en una caja fuerte un poco de arena de la playa. Según su valor cada ser “exige” una valoración y un trato. En el caso del ser humano, su dignidad reside en el hecho de que es, no un qué, sino un quién, un ser único, insustituible, dotado de intimidad, de inteligencia, voluntad, libertad, capacidad de amar y de abrirse a los demás. A este valor intrínseco, llamamos dignidad humana.

        La dignidad humana, por ello, es la especial singularidad y grandeza que posee el ser humano por su capacidad de comprender y trasformar el mundo, de amar en la donación libre a los demás y de elegir y determinar su futuro de acuerdo a sus propias decisiones.

Sugerencias, consecuencias lógicas y modos necesarios si somos coherentes

        Por ello, 7 consejos que a todos interesan:

        1. Valora al ser humano nos conduce a valorar a cada ser humano y a todos los seres humanos, sin discriminar a nadie ni por el color de su piel, ni su edad, ni el grado de inteligencia, ni por su sexo, ni por su grado de desarrollo o su edad... Si es ser humano, sea hombre o mujer, posee esa especial dignidad humana por el hecho mismo de serlo. Éste es el principio en el que nos apoyamos al afirmar que todos los seres humaos somos iguales, con los mismos derechos y deberes humanos.

        2. Respeta la vida de cada ser humano desde que es concebido hasta su muerte natural, porque un ser humano que no vive, no existe. La vida es el primer derecho humano que se ha de defender.

        3. Descubre cómo la dignidad humana muestra la bondad de cada ser humano. Por ello cada uno no es un enemigo para el otro, ni para sí mismo, es siempre un igual, otro “yo”.

        4. Si cada ser humano es un absoluto, nunca puede usarse como medio para conseguir unos fines, por muy loable que sea éste.

        5. El interés por el ser humano ha de estar en el centro de las acciones humanas.

        6. El ser humano no vale por lo que tiene, ni por lo que hace…sino por lo que es.

        7. Confía en el ser humano, es la mejor apuesta para todos. Siente la sana alegría de saberte ser humano y confía en ti. Tú mismo eres el primero a quien hay que convencer de llevas en ti “algo más” que te otorga es la especial singularidad y grandeza porque posees la capacidad de comprender y trasformar el mundo, de amar en la donación libre a los demás y de elegir y determinar tu futuro de acuerdo a tus propias decisiones.

...........

(1) Imágenes sugeridas: Un rostro humano reflejado en un espejo; un niño (a) en oración profunda; una joven escribiendo diario; un soldado en la guerra escribiendo a su novia o a sus padres.

(2) En el mundo entero, un mínimo de 100 millones de personas desarrolla una depresión clínicamente manifiesta cada año y esta cifra va en aumento. En América Latina, las tasas superan el 10 %, siendo en Perú de 11.7 %, donde un 4 a 6 % (1´320,000 habitantes) de la población necesita algún tipo de medicación.