Moda y personalidad
“La distinción es aquello que situá a la persona humana por encima de la vulgariad y dentro del señorío”. Ricardo Yepes
Sheila Morataya
Mujeres españolas en la historia moderna
María Antonia Bel Bravo

La primera impresión: importancia

        Hasta hace unos años la periodista Leticia Ortiz era una presentadora más, que cumplía cada tarde su labor de dar las noticias, en una de las cadenas de la TV española. Ahora, esta elegante y sencilla mujer de 33 años, será la futura Reina de España ya que se ha casado con el Príncipe Felipe y han sido padres de una niña.

        Ante esta elección, muchas personas se formularán preguntas tales como: ¿Qué vio el Príncipe en ella, para tomar tan importante decisión?, ¿sería su belleza?, ¿su profesionalismo?, ¿o tal vez el aplomo y sinceridad en la mirada?, ¿qué hizo que un Príncipe viera en esta profesional, hasta cierto punto, una mujer común y corriente, a una princesa?

        Yo pienso, respondiendo un poco a estas preguntas, que la primera impresión contó. Y es que, en cuestión de impresiones, no existen segundas oportunidades. Ella misma dice que “la imagen es lo primero que se ve de nosotros y, por lo tanto, hay que cuidarla”. Todo esto implica seguir la moda, cuidar el cabello, tener buen gusto en el vestir.

Moda y personalidad

        Es muy importante cuidar el aspecto personal y respetar con ello nuestras opiniones. Siguiendo con la periodista que se hizo famosa al convertirse en princesa, para ella “la personalidad se transmite a través de lo agradable de la mirada, del tono de voz, del aplomo al expresarse”.

        Ambos factores que menciona, según mi parecer, definen a una mujer, a una persona. Porque mientras la moda es ese accesorio con el que se saca máximo provecho a las formas del cuerpo, la personalidad revela la interioridad del alma; la moda da a conocer un estatus y estilo de vida; la personalidad, la madurez que se ha logrado y lo característico del yo. La moda viste a la personalidad, a lo que hay en el fondo. Si ese fondo es rico en valores, en vida interior, en pensamiento constructivo, el ropaje servirá para embellecer lo que hay dentro, lo que no puede verse, sino sólo en las actitudes y en lo denso de la mirada.