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Libros
de
San Josemaría, Fundador del Opus Dei
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Es difícil
descifrar para el entrevistador europeo la edad de este médico
congoleño de trato cordial y distendido. Como tantos africanos,
su aspecto es llamativamente juvenil. A lo largo de la entrevista
proporciona algunas pistas reveladoras: es médico de familia,
tiene seis hijos y trabaja desde hace años como Director Adjunto
del Centro Hospitalario Monkole, una iniciativa promovida por miembros
del Opus Dei en la República Democrática de El Congo.
Como
tantas personas en el mundo cuenta conocí el Opus
Dei gracias a Camino. Hasta entonces sabía muy poco de Josemaría
Escrivá. Ese libro me abrió horizontes, en muchos aspectos,
no sólo espirituales, porque el mensaje de Camino la
santificación del trabajo tiene muchas implicaciones
sociales. Pienso que tiene una especial importancia para mi país,
en concreto para los jóvenes.
Congo es un país
moderno y su futuro depende de nuestros jóvenes. San Josemaría
recuerda la necesidad de trabajar bien, con la máxima perfección
posible, con rigor, con responsabilidad social. El compromiso con
Cristo dice en Camino lleva necesariamente a la solidaridad
con los demás: a asumir los problemas de los demás como
propios, intentando darles una solución. Y en África,
en El Congo, tenemos muchos problemas de difícil solución,
a corto y a largo plazo.
¿Como
el problema sanitario?
Sí.
Es uno de los más graves. Faltan médicos, faltan hospitales,
faltan enfermeras, y falta en muchos casos una educación sanitaria
elemental, que provoca numerosas enfermedades. La mayoría de
nuestros pacientes padece malaria o paludismo. Los cristianos, cada
cristiano, debe intentar dar su respuesta responsable, personal, en
conciencia, ante los problemas de la sociedad. Monkole nació
para responder a las necesidades sanitarias concretas de una zona
de los suburbios de Kinshasa de carácter semirural, muy deprimida
económicamente, que no cuenta con los medios de transporte
ni con las infraestructuras elementales necesarias. Eso hace que los
pacientes que necesitan una atención médica urgente
tengan muchas dificultades para trasladarse y llegar a tiempo al hospital.
Monkole ha ido creciendo poco a poco desde que comenzó, hace
quince años. Ahora cuenta ya con servicios de urgencias, hospitalización,
cirugía y maternidad. El 40 % de los pacientes son niños,
que suelen padecer con frecuencia paludismo.
Los
que trabajamos allí intentamos ofrecer, en la medida de nuestras
posibilidades, una medicina de calidad a las personas de nulos o muy
escasos recursos. Porque la medicina de calidad, ése es nuestro
objetivo, no puede reservarse a los estratos sociales más beneficiados:
debe estar al alcance de todos, sea cual sea su situación económica.
Nuestros pacientes pagan lo que pueden. La mayoría, una cantidad
simbólica que les ayuda a valorar lo que reciben.
¿De
cuánto?
Un dólar.
¿Cómo
se sostiene económicamente el Hospital?
Gracias a un un patronato que aporta el 20 por ciento de los
recursos. El resto proviene de fondos propios. Además, contamos
con la colaboración de jóvenes médicos y estudiantes
de últimos cursos de Medicina de la Universidad de Kinshasa.
Todo esto contribuye al desarrollo humano y económico de la
zona, dando respuestas positivas para las familias. Le contaré
un sucedido reciente: hace poco se presentó en mi consulta
un matrimonio joven. Ella estaba de seis meses y me dijeron que se
estaban pensando tener o no el hijo, porque no sabían cómo
mantenerlo. Yo les animé a que lo tuvieran: y si tanto
les agobia eso les dije no se preocupen: en cuanto nazca
, yo lo adopto y vive en mi casa como un hijo más. Al
cabo de tres meses tuvieron un hijo precioso, y le pusieron mi nombre,
en señal de agradecimiento. Cuando me lo dijeron, les pregunté,
bromeando, si me daban para que lo adoptara. ¡Ah, eso
nunca! respondieron felices-. ¡Aunque nos dieran todo
el oro del mundo!".
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