Podemos
ser plenamente santos como cristianos corrientes en medio del mundo |
Asistentes
a la misa en Taipei el 9 de enero.
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Cardenal
Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París.
Iglesia Saint-Honoré d'Eylau, París, 8 de enero.
"Josemaría Escrivá es una de esas figuras que atraviesan los siglos
y señalan, de alguna manera, al observador atento, lo que el Espíritu
está realizando en su Iglesia. Se podría decir que, desde hace un siglo,
Dios ha suscitado hombres y mujeres —como él y muchos otros—
que se anticiparon a aquello que el Espíritu dejaría bien claro en el
Concilio Vaticano II. La tarea precisa que la Providencia encomendó
al beato Josemaría incide sobre uno de estos mensajes: poner por obra
la llamada a la santidad de todo el pueblo cristiano".
Monseñor Kaname
Shimamoto, arzobispo de Nagasaki.
Catedral de Nagasaki, 9 de enero.
“La mejor felicitación que podemos dirigir al beato Josemaría
en el centenario de su nacimiento es hacer el propósito de seguir con
fidelidad su espiritualidad. Y también esforzarnos por inspirar en el
fondo de las conciencias de la sociedad de hoy y en nuestros contemporáneos
el sentido de Dios. En otras palabras: manifestar nuestro propósito
de dedicarnos a la nueva evangelización”.
Cardenal Frédéric Etsou, arzobispo de Kinshasa.
Catedral Notre Dame du Congo, Kinshasa 9 de enero.
“El centenario del nacimiento del beato Josemaría ocurre en un
momento de conflictos en el mundo, y particularmente en nuestro país.
La violencia y la división tienen como causa frecuente la intolerancia
y el rechazo de la diferencia. Nos conviene descubrir y vivir la predicación
del beato Josemaría: una constante llamada a aprender a vivir juntos,
a trabajar juntos; sin dar importancia a la raza, al contexto cultural,
a las convicciones religiosas, a la condición social, a las opciones
políticas. (...) Con ocasión de este aniversario, pidamos a Dios que
nos conceda, por intercesión del beato Josemaría, la paz para nuestras
almas, la paz para nuestro país, la paz para la Iglesia y finalmente
la paz para el mundo”.
Cardenal Miguel
Obando Bravo, arzobispo de Managua (Nicaragua).
Catedral de Managua, 9 de enero.
“Siempre me ha impresionado el énfasis en el apostolado de la
doctrina, la labor del Opus Dei es en verdad una continua catequesis,
en la noble tarea de difundir la sana doctrina. Mons. Escrivá de Balaguer
siguió siempre el ejemplo dado por Jesús: de hacer y enseñar. La impronta
de su personalidad ha dejado un profundo surco en la vida de la Iglesia:
con sus palabras y con sus obras suscitó en todo el mundo un renovado
espíritu cristiano entendido como servicio a los demás hombres con auténtica
y operativa caridad”.
El cardenal
Cormac Murphy O'Connor presidió la misa en la catedral
de Westminster (Londres)el 16 de enero.
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Monseñor
George Pell, arzobispo de Sidney.
St Mary’s Cathedral, Sidney, 4 de enero.
“El beato Josemaría
trabajó para ayudar a la gente a conocer más y mejor a Dios. Definió
la labor del Opus Dei como una gran catequesis. Y catequesis fue lo
que él hizo durante toda su vida, con una forma de expresión que empapaba
la doctrina con la novedad del Evangelio, que es «siempre viejo y siempre
nuevo» (Mt. 13,52)”.
“El beato Josemaría
se consideraba a sí mismo un ‘instrumento inepto y sordo’;
y, aun siendo adulto, se veía ‘como un niño que balbucea’.
Pido a Dios que haga surgir de entre nosotros muchos hombres y mujeres,
igualmente ineptos y sordos, que le permitan trabajar a Él en ellos
y a través de ellos cumpliendo su voluntad”.
Cardenal Adrianus
Simonis, arzobispo de Utrecht (Holanda).
Iglesia Gerardus Majella, Utrecht, 19 de enero de 2002.
“En los hijos
se distinguen determinadas cualidades de los padres. Con los hijos espirituales
de Josemaría Escrivá, los fieles del Opus Dei, he podido hablar varias
veces; en Roma con sus dos sucesores, los obispos Álvaro del Portillo
y Javier Echevarría. En este sentido puedo decir que he conocido al
fundador por medio de sus hijos en el Opus Dei. En ellos –sacerdotes
y laicos– veo ese deseo de santidad y apostolado”.
Cardenal Giacomo
Biffi, arzobispo de Bolonia (Italia).
Catedral de Bolonia, 9 de enero.
“Su aventura
humana, cristiana, sacerdotal —una aventura lineal y extraordinaria
al mismo tiempo— se enmarca plenamente en el siglo XX. Si se aprende
a interpretar los acontecimientos con los ojos penetrantes de la fe,
no es difícil ver en esta maravillosa existencia la respuesta misericordiosa
de Dios a las incisivas interpelaciones de uno de los siglos más complicados
y trágicos de la historia”.
Cardenal Nicolás
de Jesús López, arzobispo de Santo Domingo.
Catedral Primada de América, Santo Domingo, 7 de enero.
“El beato Josemaría
es un hombre, que —todos le reconocemos— se atrevió a desafiar
al mundo: es decir, a proponer la santidad —como él decía—
en la calle y para todos los hombres y mujeres de la calle, o sea la
gente que está todos los días afanándose en el mundo, en la empresa,
en la política, en la economía, en el mundo académico, etc. Por tanto
ciertamente fue un hombre que trazó pautas que ojalá otros muchos podamos
seguirlas día a día”.
El cardenal
Paul Shan, obispo de Taiwan, presidió la concelebración
eucarística en la iglesia Hua Shan en Taipei.
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Cardenal
Lázló Paskai, arzobispo de Estergom-Budapest.
Matyas-Templon, Budapest, 9 de enero.
“Hemos oído en el Evangelio las palabras de Jesús: «Guía mar adentro
y echad vuestras redes para la pesca». En estas mismas palabras ha puesto
hincapié el Santo Padre al final del Año Santo en su carta Apostólica
Novo Millennio Ineunte. Su fin era que, después del entusiasmo
del jubileo, no vayamos a volver al gris de todos los días, sino que haya
dentro de nosotros el entusiasmo del apóstol San Pablo, que escribía de
sí mismo: «persigo lo que está delante, lanzándome hacia la meta, hacia
el premio de la excelsa vocación de Dios en Cristo Jesús».”
“Esta enseñanza evangélica de Jesús, estas indicaciones del Santo
Padre, fueron cumplidas de modo extraordinario en la vida del beato Josemaría
de Escrivá, fundador del Opus Dei. Fue una personalidad sacerdotal sobresaliente
del siglo veinte, que se ha esforzado durante toda su vida para la renovación
espiritual de la Iglesia. La beatificación del 17 de mayo 1992 fue el
reconocimiento de su santidad de vida”.
Monseñor Sigitas
Tamkevicius, arzobispo de Kaunas (Lituania).
Catedral de Kaunas, 8 de enero.
“Este año comienza el trabajo del Opus Dei en Kaunas, lo que acepto
con mucha alegría y con gusto permito que trabajen aquí, para que puedan
traer esos frutos de santidad, que llevan a los países donde trabaja la
Prelatura. Estoy convencido que la Iglesia Católica en Lituania necesita
el espíritu del beato Josemaría encarnado en sus hijos, quienes lleven
el auténtico Magisterio de la Iglesia (...). Los fieles del Opus Dei,
precisamente cumpliendo el deseo de su Fundador, siguiendo sus pasos,
captan la esencia y acertadamente responden a la invitación de Su Santidad
Juan Pablo II de “remad mar adentro!” - de buscar la santidad”.
Monseñor Adam Exner, arzobispo de Vancouver.
Holy Rosary Cathedral, Vancouver, 9 de enero.
“Los santos no son personas que planifican y organizan su particular
estilo de vida y perfección, y lo siguen al pie de la letra con sus propias
fuerzas. Los santos son personas que aman y confían en Dios hasta el punto
de permitir gozosamente que Dios les conduzca y les lleve allí donde Él
quiera. Esta disposición es el signo que define a un alma santa. Desde
joven y a lo largo de toda su vida, el beato Josemaría dejó gustoso que
Dios guiara y modelase su vida. Y siempre, el tema de su oración fue:
‘Permite que, lo que tú desees y yo no, ocurra’. El beato
Josemaría no planificó su vida: dejó que Dios fuera su conductor y guía”.
Cardenal Antonio
González Zumárraga, arzobispo de Quito.
Catedral del Quito, 9 de enero.
Misa en la
catedral de Quito.
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“El beato Josemaría
Escrivá de Balaguer, en el cumplimiento de la misión que Dios le confió
en su vida, contribuyó a la renovación espiritual de la Iglesia enseñando
y difundiendo la doctrina de la vocación universal a la santidad, del
valor santificador del trabajo y de la vocación del fiel cristiano al
apostolado”.
Cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid.
Catedral de la Almudena, Madrid, 9 de enero.
“La historia
de los santos es la historia de Cristo que pasa. Por usar una de las
frases bien bella de uno de los libros del beato Josemaría Escrivá de
Balaguer. Ser Cristo que pasa a través de los tiempos, de los espacios
de la historia”.
“Este es el caso también de la figura del fundador del Opus Dei.
A través de él y de su Obra, Cristo pasa otra vez en la historia de
nuestro tiempo, en la historia del siglo XX. Damos gracias al Señor
por ello, y le pedimos, que si él quiere, que sea también este año,
lo más pronto posible, el día en que la Iglesia recorra definitivamente
el camino canónico del reconocimiento de la santidad del beato Josemaría.
Que el Señor conceda a la Prelatura, a los sacerdotes, a sus fieles
y a toda la Iglesia celebrarlo de tal manera que sea de nuevo visible
entre nosotros a Cristo que pasa”.
Cardenal Francis
George, arzobispo de Chicago.
St. Mary of the Angels Church, Chicago, 9 de enero.
“Hoy hace cien años, nació Josemaría Escrivá. Un hombre enamorado
de Dios, a quien por la fe reconoció como nuestro Salvador, como el
Salvador del mundo. Jesús le llamó para predicar la palabra de Dios,
como un pescador, como un evangelizador”.
Cardenal Jaime
Sin, arzobispo de Manila.
Catedral de Manila, 9 de enero.
“Pero quizá más importante que ésa u otras muchas curaciones,
son las incontables conversiones atribuidas a su intercesión. El mensaje
del beato Josemaría —descubrir a Dios en las circunstancias ordinarias
de la vida— ha removido a muchos. El beato Josemaría es realmente
un poderoso intercesor ante Dios. Os animo a que le encomendéis vuestras
necesidades espirituales y materiales”
Cardenal Cahal
B. Daly, arzobispo emérito de Armagh (Irlanda).
Church of the Holy Rosary, Dublín, 9 de enero.
"La predicación de Josemaría Escrivá es, al mismo tiempo, vieja como
el Evangelio de Jesucristo, y nueva como la llamada edad postmoderna
del nuevo milenio. Esta compuesta de verdades muy diversas, pero quizá
hay una que llega más al corazón: Josemaría Escrivá predicó constantemente
la enseñanza del Nuevo Testamento según la cual cada cristiano, en virtud
de su bautismo, está llamado a la santidad".
"Josemaría, ciertamente, insistió con valentía y originalidad en este
punto. Habló, por ejemplo, de la necesidad de “materializar”
la búsqueda de la felicidad; podría decirse incluso que promovió la
necesidad de “encarnar” la santidad en las tareas ordinarias,
ya se trate de ocupaciones manuales o de actividades más complejas,
como la investigación bioquímica o la física del cosmos”.
Card. Audrys
Juozas Backis, arzobispo de Vilnius.
Catedral de Vilnius, 9 de enero.
“Los santos son amigos de Dios, es decir, nuestros amigos, ellos
nos ayudan y aconsejan, nos bendicen desde el cielo y fortalecen en
nuestras debilidades, especialmente nos muestran el camino con el ejemplo
de su vida. Justamente el beato Josemaría, es famoso por su libro Camino,
el cual muchas personas siguen y en el cual muchas personas encuentran
fortaleza y hermosos pensamientos para vivir vida cristiana en medio
de este mundo”.
Arzobispo
Christopher Pierre, nuncio en Uganda.
Christ the King Church, Kampala, 9 de enero.
“Damos gracias a Dios por el beato Josemaría, fundador del Opus
Dei. Estamos agradecidos por su vida, por habernos transmitido un gran
desafío. Recordemos lo que el Papa dijo al comienzo de su Pontificado:
No tengáis miedo, no tengáis miedo a la santidad. Esta llamada a la
santidad es para ti, es para mí, para cada uno de nosotros. Todos estamos
invitados a formar parte de la gran familia de Dios, a formar parte
de la Iglesia, y a ser activos miembros de ella, presencia viva de Dios
en nuestras vidas, en este mundo. No tengáis miedo a la santidad”.
El cardenal Józef Glemp presidió la concelebración
eucarística en la catedral de San Juan Bautista (Varsovia).
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Cardenal
Norberto Rivera, arzobispo primado de México.
Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, México D.F., 9 de enero.
“Lo mismo que el beato Juan Diego y tantas hermanas y hermanos nuestros
que gozan de la bienaventuranza eterna, el beato Josemaría se suma esa
muchedumbre tan variada de santos, que no son personas especiales, super-hombres,
sino seres normales y corrientes como nosotros, con la diferencia de haber
sido instrumentos fieles de Dios”.
Mons. Józef Zyczyñski, arzobispo de Lublin (Polonia).
Catedral de Lublin, 9 de enero.
“Santificar el trabajo, santificarse a través del trabajo y santificar
a los demás con el trabajo; esta ha sido el principal mensaje del beato
Josemaría. Y no son sólo palabras bonitas porque él mismo lo practicó
en su vida. Así como Cristo no habló sólo de la Cruz sino que, sobre todo,
murió en la Cruz por nosotros, así nuestro Beato no sólo habló de santidad
en el trabajo sino que la realizó en su vida siendo él santo y santificando
a otros”.
Monseñor Armindo
Lopes Coelho, obispo de Oporto.
Iglesia de la Trinidad, Oporto, 9 de enero.
“En la celebración del centenario del nacimiento del beato Josemaría,
duc in altum! (¡Navega mar adentro!): la santidad debe ser tu ideal. Dios
providente te abrirá el camino para que avances con alegría y optimismo
la senda de la santidad. No te desanimes. El Maestro marcha delante de
nosotros y dice continuamente: duc in altum!, ten esperanza, eres hijo
de Dios, no te desanimes. Lánzate, atrévete (...). En la celebración del
nacimiento del beato, damos gracias a Dios por su vida, por sus escritos,
por su obra, por el ejemplo que nos ha dado. Pidámosle que sea nuestro
intercesor ante Dios”.
Monseñor Peter
Henrici, S.J., obispo auxiliar de Zurich.
En la misa celebrada en la iglesia de Nuestra Señora de Zurich el 10 de
enero.
“Al principio he dicho que yo considero al beato Josemaría como
una de las figuras más importantes del Catolicismo del siglo XX, y les
debo una explicación. El beato Josemaría fue uno de los primeros [...]
en reconocer la importancia de los laicos en la Iglesia. Y propuso una
espiritualidad adecuada a sus necesidades específicas. En esto fue un
pionero. [...] Ha tenido realmente el mérito y probablemente también la
gracia de ser el primero en recorrer este camino. Recemos pues para que
su Obra continúe siendo bien guiada de acuerdo con su espíritu, y que
muchos laicos encuentren su vocación en la vida cotidiana”. |