|
|
Probablemente existan muchas explicaciones. En un libro titulado "Homosexuality and american psychiatry" escrito por Bayer, se explica con todo detalle cómo los lobbys de gays y lesbianas de EE.UU. consiguieron que se eliminara la homosexualidad del manual de clasificación de enfermedades DSM-III en una votación de la Asociación Americana de Psiquiatras en la cual solamente votaron el 25% de sus miembros. No existe, que yo sepa, otro ejemplo en la medicina donde una cuestión de esta envergadura se decida por votación y sin basarse en la evidencia científica disponible. Como resultado de esta votación, todos los manuales diagnósticos se tradujeron a diferentes lenguas y muchos especialistas de la medicina y psiquiatras del mundo lo aceptaron con buena fe. A esto hay que añadir que la agenda política de algunos colectivos de gays y lesbianas pretende que nadie dé a conocer este dato ni aporte evidencias científicas que contradigan la decisión que se tomó en un ambiente de presión social y política. Cualquiera que no opine de este modo puede ser tachado de homófobo y a nadie le gusta ser insultado en público con lo cual muchos optan por inhibirse en esta cuestión sin más.
Hay que afirmar que efectivamente no existe ninguna evidencia científica que avale la teoría genética de la homosexualidad o que la homosexualidad pueda ser innata. Los estudios que han querido sugerir que uno "nace homosexual" en contra de "hacerse homosexual" han sido criticados por tener errores metodológicos. Especialistas en homosexualidad que trabajan en asociaciones científicas como la NARTH en EE.UU. (asociación nacional de investigación y terapia de la homosexualidad; http://www.narth.com) afirman que se trata de un desarrollo inadecuado de la identidad sexual. Deberíamos al menos aceptar que el debate científico sobre este tema pueda seguir existiendo.
Se dice que una persona tiene una orientación de tipo homosexual cuando le atraen las personas de su mismo sexo; mientras que tener una actividad de tipo homosexual significa que dicha persona ya tiene actividades sexuales de tipo homosexual. Muchas personas con orientación homosexual deciden no tener este tipo de relaciones sexuales y deben saber que es posible modificar su orientación sexual. Hay trabajos científicos que así lo demuestran en revistas de psiquiatría.
Indudablemente la actividad sexual de tipo homosexual conlleva problemas de salud, algunos de los cuales le son específicos. No solamente podemos observar los problemas asociados a la promiscuidad sexual y las infecciones de transmisión sexual, que también podríamos encontrar entre heterosexuales promiscuos, sino que existen problemas más específicos asociados a la utilización de los órganos sexuales sin tener en cuenta que por "diseño" están orientados a la complementariedad entre varón y mujer. Además, existen varias publicaciones científicas que demuestran que hay más ansiedad, depresión, intentos de suicidio y suicidio entre personas con sentimientos homosexuales independientemente de las dificultades psicológicas que puedan atribuirse al rechazo social de la homosexualidad en ciertos entornos. Estos problemas se observan, de hecho, en países donde no sufren ningún rechazo social.
Es verdad que hay muchas personas que buscan ayuda porque están insatisfechas con su orientación sexual. Hoy algunos pretenden negarles esta posibilidad de ayuda. Existen de hecho manifestaciones de colectivos de ex gays en EE.UU. que protestan contra los colectivos de gays y lesbianas por no aceptar que quien quiera pueda libremente buscar ayuda para reencontrarse con su heterosexualidad (http://www.peoplecanchange.com/).
Creo que es importante recordar que en los años 70-80 algunos colectivos de gays y lesbianas en EE.UU contrataron los servicios de grandes especialistas del marketing para preparar una campaña con el objetivo de "normalizar" la homosexualidad en la sociedad. Frente a estos expertos ha habido una cierta pasividad de la población que simplemente no se ha interesado por esta cuestión. Actualmente, es bastante obvio que hay toda una campaña en los medios de comunicación y el cine para dar una imagen determinada de la homosexualidad, para aumentar la frecuencia de una opinión política oficial sobre esta cuestión pero sin propiciar ningún debate científico.
El equilibrio está probablemente en reivindicar un respeto incondicional por toda persona con sentimientos homosexuales. A la vez, se debería permitir que desde el punto de vista científico uno considere la homosexualidad como un desarrollo inadecuado de la identidad sexual y facilitar que quienes sufren por su orientación, desean entenderla mejor y/o reencontrarse con su heterosexualidad, puedan acudir a un especialista para solicitar su ayuda (http://www.freetobeme.com/).
Es difícil estimar cuantas personas homosexuales hay en España porque la primera dificultad consiste en definir exactamente qué significa "persona homosexual". Hay personas que han podido tener atracciones de tipo homosexual de una manera esporádica y que nunca deberían considerarse como homosexuales. Lo que sí que podemos afirmar con cierta rotundidad es que no es correcta la cifra tan frecuentemente utilizada del 10% y que algunos estudios más serios indican que habría entre un 1% y un 3% de personas con este tipo de actividad sexual (aunque fuera esporádica), si bien la verdad estaría más cerca del 1,5%.
Si se trata de insultarle a alguien, deberíamos afirmar que nadie se merece esta etiqueta. Aparte del contexto del insulto, una persona homófoba se definiría como una persona que tiene una aversión exagerada, obsesiva contra la homosexualidad o contra personas con orientación homosexual. El problema es que hoy se intenta etiquetar así a cualquiera que simplemente no opine en la línea del homosexualismo político.
Se puede decir que en la actualidad hay una cierta coacción sectaria en contra de cualquiera que no opine que la homosexualidad es tan natural como la heterosexualidad. Las burlas en manifestaciones y los juicios a clérigos son ejemplos de ello. Este problema se agrava cuando ni siquiera puede existir un debate científico al respecto sin ser insultado por ello. Sin embargo, también hay que afirmar que lamentablemente todavía hay demasiadas personas violentas y sin caridad que no respetan a las personas homosexuales con el respeto que les es debido como personas.
Este argumento no se sustenta en la evidencia científica actual. Efectivamente, basados en indicadores diversos como los resultados académicos, la delincuencia y la adaptación social, el consumo de sustancias e indicadores de salud mental hay bastante evidencia que señala que el mejor entorno, la mejor opción afectiva y educativa para un niño, es la de la pareja heterosexual establemente comprometida en el matrimonio. Esto no significa que una familia monoparental no pueda lograr la felicidad de los hijos sino que, en términos generales, lo óptimo es la presencia de un padre y de una madre. Dado que existen listas de espera de heterosexuales idóneos para la adopción en todos los lugares no parece lógico que los gobiernos contemplen otras alternativas de adopción porque es su deber ofrecer siempre lo mejor para estos niños.
El libro puede leerse fácilmente porque he intentado compaginar la información científica con la divulgación para que sea asequible a cualquiera. Me parece especialmente importante que lo lean jóvenes adolescentes, por ejemplo de bachiller, porque están recibiendo mucha información sesgada sobre este tema. El libro no solamente les ayudará a contrastar sus ideas y opiniones con datos científicos sino que el lector se verá más capacitado para orientar mejor a alguien de su entorno que a lo mejor manifiesta tener sentimientos homosexuales. | ||
Recibir NOVEDADES FLUVIUM |