¿Se puede dejar el vicio de la masturbación?

Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.
www.evpp.org

¿Cómo puede hacer un joven para dejar el vicio de la masturbación?

        Su consulta puede ser extensiva a todo tipo de vicio contra la castidad. Puedo decirle :

        1. La lucha en general para conservar la castidad (o recuperarla después de haberla perdido), ha sido expuesta en muchos lugares y por numerosos autores. Los principales medios que suelen señalar son:

        a) Mantenerse perfectamente tranquilo ante las tentaciones. “Sentir la tentación no significa consentir a ellas”. Tener la seguridad de que puede vencerse.
        b) Desviar la atención inmediatamente cuando empiezan las tentaciones: alejar los malos pensamientos “sustituyéndolos” por otros buenos, dirigir la atención a otro objeto bueno y absorbente (un clavo se saca con otro clavo), distenderse (pasear al aire libre, etc.).
        c) Vigilar para no ponerse en ocasión de ser tentados. Las ocasiones de pecado son las que empujan normalmente al pecado.
        d) Mortificación: saber privarse de cosas que gustan y son lícitas, hacer sacrificios. Esto ayuda a aprender a tener “dominio” sobre las propias pasiones y tendencias.
        e) El pudor o prudencia de la castidad: éste adivina el peligro, impide ponerse en él y hace evitar las ocasiones de pecar.
        f) La oración: la castidad es un don de Dios. Hay que pedirlo. Ayuda mucho la devoción a la Virgen María.
        g) El sacramento de la Penitencia o Confesión: confesarse frecuentemente robustece el alma, borra las reliquias de los pecados pasados y ayuda a ser fuertes frente a las tentaciones futuras.
        h) La Eucaristía: recibida en gracia (sin conciencia de pecado mortal) nos da una perfecta unión con Jesucristo. “Quien come mi carne y bebe mi sangre mora en mí y yo en él” (Juan 6, 57).
        i) Desde el punto de vista puramente natural es importante, también, mantener una buena higiene física, una alimentación equilibrada, ejercicio físico y descanso.

        2. Cuando se trata de un vicio fuertemente arraigado estos mismos medios son los que llevan a desarraigarlo, pero actuando enérgicamente y tras la repetición de muchos actos. Sólo la práctica virtuosa puede desarraigar un vicio.

        3. Si la pulsión del vicio ya roza el comportamiento anómalo, puede ser que tenga raíces físicas o psíquicas, y en tal caso, junto con los medios arriba indicados, hará falta la ayuda de un médico católico, de visión clara y serena, que realice un examen clínico general (y en especial una revisión del sistema nervioso vagosimpático) y en base a los resultados indique algunos medios de orden médico.