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Recojo mi experiencia personal y terapéutica acerca de la atracción homosexual. Presento las causas básicas de la atracción hacia las personas del propio sexo. También expongo un modelo de recuperación y numerosos testimonios de personas que yo he tratado y que ya han logrado realizar el cambio de la homosexualidad a la heterosexualidad. Todos podemos lograr lo que nos propongamos. Si estamos decididos, contamos con el amor de Dios y el apoyo de otras personas la curación es posible. Por supuesto, en el momento actual, muchos dirán que no es posible salir de la homosexualidad. Eso es, sencillamente, un mito, porque el cambio es posible.
Efectivamente. La gente me decía que yo había nacido así y que el pensamiento de cambiar era absolutamente inviable, y que terapéuticamente era además contraproducente. Yo pensaba «¿Ni hablar!». Cualquiera puede conseguir lo que anhela si tiene un ardiente deseo, elabora un buen plan, obtiene apoyo de otros y se lanza decididamente a ello. Después, he podido aconsejar a muchos hombres, mujeres y adolescentes sobre cómo salir de la homosexualidad precisamente porque yo mismo me negué a escuchar a los que me decían: «Sé honrado contigo mismo: tú naciste así. Acéptalo». «Es inútil luchar».
Mire, yo siempre me di cuenta de que algo no iba bien, por más que a mi alrededor insistieran en que era lo más normal del mundo. Logré descubrir de dónde provenían los deseos que yo tenía hacia los de mi propio sexo; aprendí a curar aquellas heridas y a dar cumplimiento a las necesidades que seguían insatisfechas desde mi infancia. La lectura de este libro y el seguimiento de este plan redundará en un gran beneficio: un camino de salida para volver a ser normal. He cometido tantos errores que eso permitirá a otros evitar algunos de los obstáculos en el camino hacia la libertad. He ayudado a otros a conseguir que lo que a mí me llevó diez años a ellos les cueste uno, dos o tres.
Escribí este libro pensando tanto en los psicoterapeutas profesionales como en el público en general, incluyendo por supuesto a quienes sienten inclinaciones sexuales hacia personas de su propio sexo y perciben al mismo tiempo que hay algo incorrecto en ello, así como a personas que conocen a alguien en esta situación. Me encuentro en la posición privilegiada de haber sido primero el paciente y ahora ser el terapeuta. No sólo luché con mis inclinaciones homosexuales no deseadas, sino que también tuve que luchar igualmente buscando profesionales que comprendieran mi condición y supieran cómo ayudarme para que me curara. Me resultó muy difícil explicarme ante terapeutas que carecían de la clave del problema. Actualmente, en los Estados Unidos y el resto del mundo, los centros universitarios enseñan una «terapia de afirmación gay».
Trato de orientar a los terapeutas, consejeros, clérigos y demás personas a comprender cómo ayudar a hombres y mujeres que sienten atracción no deseada (egodistónica) hacia las personas de su mismo sexo. También es una guía para «vencedores». Tengo la esperanza y por ello rezo de que, a su tiempo, el estigma de la atracción hacia las personas del mismo sexo decaiga y prevalezca la comprensión. Ojalá que este libro sirva como trampolín hacia ese sueño. Gente que sufre.
Ha prestado un gran servicio a la sociedad al sacar la cuestión de la homosexualidad «fuera del armario» y al ponerla a la luz. Tanto en el pasado como en el presente, a las personas con orientación homosexual les ha fallado mucha gente dentro de instituciones religiosas y sociales, y de la profesión médica y psiquiátrica. Hasta hace unos decenios les hicieron objeto de ridículo sin ofrecerles esperanza de curación y exacerbaron sus heridas de distanciamiento mediante prejuicios y discriminación social. Y ahora, en lugar de arrodillarse y pedirles perdón, lo que han hecho esas mismas personas e instituciones es sucumbir a la aceptación de la homosexualidad en nombre de la tolerancia. A mí esto me parece una forma de religión barata y de ciencia superficial. Sin embargo, de puertas adentro, la mayor parte de la gente se siente mal con la homosexualidad. La solución no está ni en la ciega aceptación ni en la intolerancia indiscriminada. La respuesta pasa por la comprensión y el amor. | |||
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