Una
excesiva timidez
Alfonso Aguiló
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Quizá
la han protegido demasiado
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La vida misma:
Natalia tiene 14 años y es muy tímida. Sus padres no saben bien por
qué, pero desde muy pequeña es así. Tienen la impresión de que no han
conseguido acertar en este punto en su educación, y que incluso ellos
mismos han debido tener bastante culpa, pues al verla tan tímida han
tendido siempre a protegerla más de lo debido
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No
funciona nada de lo que intentan
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Se lo han planteado varias veces en los últimos
años, y han probado diversos sistemas que pensaban que podían ser útiles,
pero todos han tenido poco éxito. Primero quisieron que hablara e hiciera
demostraciones de naturalidad delante de otras personas, o forzarla un
poco a hablar en público, pero sólo conseguían pasar todos un mal rato.
Luego pensaron en hablar directamente con ella sobre el asunto de su timidez,
pero no consiguieron arrancarle ni una palabra en claro. Finalmente, se
empeñaron en apuntarla en el grupo de teatro del colegio, para que se
soltara un poco, pero ella se negó rotundamente. |
Unos
cuantos consejos acertados
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Los
padres de Natalia tuvieron ocasión de comentar sus preocupaciones con
un matrimonio amigo con el que coincidieron en la boda de un pariente.
Eran unos antiguos conocidos, muy abiertos y con una demostrada experiencia
en educación. La conversación fue muy animada, y salieron de allí con
algunas ideas prácticas. Primero, no obsesionarse con el asunto. Segundo,
descubrir puntos fuertes en su hija y fomentarlos, pero sin hacer cosas
raras, pues si ella se sentía observada o tratada como un "caso preocupante",
sólo lograrían potenciar su timidez. Y tercero, ganar en confianza con
su hija, pues "el hecho de que Natalia hable poco —les había dicho
su amiga—, no quiere decir que tenga pocas cosas que decir, sino que ella
no encuentra suficiente confianza para decirlas." |
Reconocen
que le falta confianza
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"Es
verdad —comentaba la madre de vuelta a casa—, ahora lo veo todo bastante
claro. El hecho de que Natalia hable poco no quiere decir que tenga la
mente en blanco, sino que para expresarse requiere un marco de confianza
mayor que el que han necesitado sus hermanos. La solución no está ni en
protegerla más ni en hacerle pasar vergüenza, sino en ganarse más su confianza
y hacer que se sienta más segura." |
Problemas
que se plantean
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Interrogantes:
¿Cómo ayudarle a superar
la timidez excesiva?
¿Es posible aumentar la seguridad
personal y una adecuada autoestima?
¿Qué medios son los adecuados
para lograr que se sienta en confianza?
¿Cómo lograr que potencie
sus propias cualidades?
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Dar
importancia con naturalidad a lo peculiar de su hija
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Así
es la vida:
Procuraron poner en práctica lo que habían quedado. Pensaron que era
necesario escuchar más a su hija, pero de forma natural, aprovechando
las ocasiones normales de la vida diaria. Se dieron cuenta de que bastaba
con poner más interés en lo poco que Natalia solía decir, y hacer preguntas
sencillas sobre lo que intuían que ella sabía. Pronto encontraron amplios
temas que eran de interés para su hija, y vieron que hablaba de ellos
con sorprendente soltura. Descubrieron, por ejemplo, que Natalia sabía
mucho de música y de literatura, y sus padres tuvieron el buen sentido
de interesarse más por esos temas y pronto empezaron a surgir conversaciones
con ella de una duración hasta entonces impensable. |
La
importancia de sentirnos seguros
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También
se dieron cuenta de que Natalia se crecía cuando se le preguntaba ante
otras personas sobre esos temas que dominaba bien. Comprendieron algo
bastante elemental, pero muy importante y no siempre evidente: para superar
la timidez la solución no es exponer a esa persona a que se sienta en
ridículo ante los demás —como habían hecho antes algunas veces—, sino
más bien facilitar que se sienta segura en presencia de otros, pues así
es como se va soltando. |
Acaba
manifestando iniciativa en sus cosas |
La
mejor sorpresa la recibieron unos meses después, cuando Natalia les dijo
que quería apuntarse a un nuevo grupo de teatro que se había formado en
el colegio. La idea de apuntarse fue una iniciativa suya, en la que se
mezclaba su interés por la literatura y su deseo de lanzarse a actuar
y hablar en público. Cuando se lo habían propuesto sus padres, la vez
anterior, le producía pánico sólo pensar en esa posibilidad, pero ahora
lo veía asequible. |