Pon de moda… la humanidad (3)
En cada hombre y en cada mujer, hay algo “más” que no se ve a simple vista. Ese “más” es precisamente lo que les humaniza, y hace de ellos, de ti que lees estas líneas y de mí que las escribo, un alguien increíble, único y valioso.
Nieves García
Aprendemos, transmitimos y progresamos

        Poner de moda la humanidad significa redescubrir la maravilla que encierra cada ser humano, por el sólo hecho de serlo. En cada hombre y en cada mujer, hay algo “más” que no se ve a simple vista. Ese “más” es precisamente lo que les humaniza, y hace de ellos, de ti que lees estas líneas y de mí que las escribo, un alguien increíble, único y valioso.

3. Eres un ser humano con ideas geniales(1) ¡Piensa!

        El ser humano no percibe la realidad, la conoce. La inteligencia humana abstrae, juzga y razona. Abstraer(2) consiste en entender qué es aquello que hace que las cosas sean lo que son y no sean otras; es captar lo que define a las cosas, sus leyes más profundas.

        Caso: 2 enero del 2005. Londres, Inglaterra, Tilly, una niña inglesa de 10 años, salvó a un centenar de personas gracias a su profesor de Geografía, que días antes le había explicado en clases cómo reconocer un tsunami. «En el primer trimestre, el profesor Kearnay nos habló de los temblores de tierra y de la manera de comportarse de los tsunamis», explicó Tilly, que va a la escuela en Oxshott, una localidad de Surrey (sur de Inglaterra). «Estaba en la playa y el agua comenzó a ponerse rara, había burbujas y de repente la marea comenzó a retirarse. Comprendí qué pasaba, tenía la sensación de que iba a llegar un tsunami y se lo dije a mi mamá», contó la pequeña, que se encontraba de vacaciones con sus padres y su hermana de siete años en la playa de Maikhao, en Phuket (Tailandia). Gracias al aviso de la niña, el centenar de personas que se encontraba en la playa y en el hotel vecino tuvieron tiempo de ponerse a salvo y escapar del océano. Nadie en la playa de Maikhao sufrió ningún daño, según The Sun.

        En otras especies no “se aprende”, a partir de conocimientos heredados; cada individuo vuelve a repetir los mismos actos instintivos que definen la especie. Pero el ser humano es capaz pensar y de comunicar su aprendizaje a las siguientes generaciones, que aprenderán a partir de ellos, sin tener que volver a hacer la experiencia. Este es el principio del progreso y la tradición(3).

        Con razón Isaac Newton dijo “Si he conseguido ver mas lejos, es porque me he subido en hombros de gigantes”.

Nadie más con sentimientos 4. Eres un ser humano y sientes compasión, gratitud y admiración. ¡Siente a lo humano!

        El ser humano siente como ser humano porque posee una interioridad. Sentir es percibir lo que nos afecta. El ser humano es un ser afectivo. Nuestra afectividad convierte al mundo en fascinante, aburrido, desgarrador, extraordinario, cruel, y es la afectividad la que hace que nos sintamos felices, ilusionados o desgraciados. Lo fundamental es que este dato nos remite a un sujeto ¿Quién es afectado? El “yo interior” del ser humano. En nuestra vida afectiva hay una escala muy compleja de sentimientos o emociones. A primera vista hay sentimientos que son generados por componentes químicos propios de los procesos hormonales (excitación, nerviosismo, miedo, deseo de actividad…) pero quedan sin explicar otros que son imposibles en los animales: gratitud, compasión, honor, valor… y que nos hablan de un sujeto espiritual.

        Ejemplo: La admiración espontánea que nace en el ser humano al contemplar un actos de grandeza de otro ser humano, provocado por un amor desinteresado, como el dar la vida por otro ser humano o ayudar al indefenso sin buscar nada a cambio, la renuncia a los planes personales para buscar la felicidad de otro, etc., muestran cómo el amor es el fin último al que tendemos, que buscamos y deseamos en la vida. Esta admiración revela que sentimos más, sentimos como seres humanos, sentimientos exclusivos.

        Ya se ha hecho famoso el caso titulado “El abrazo salvador”; se refiere a la vida de unas mellizas que al nacer estuvieron en sus respectivas incubadoras, pero una de ellas no tenía esperanza de vida. Entonces a la jefa de enfermeras de ese hospital se le ocurrió, contra las reglas hospitalarias, que estuvieran juntas. Lo más increíble fue que al ponerlas juntas, la bebé que estaba bien abrazó a su hermanita, regulando con el calor de su cuerpo la temperatura y el pulso; así que logró estabilizar el ritmo cardíaco de su hermanita....y salvarle la vida.

        ¿Qué sentiste al leer este caso real? Ese sentimiento es exclusivo del ser humano y nació desde tu interior.

 

 

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(1) Caso curioso: El ajedrez. Cuando un matemático oriental inventó el admirable juego de ajedrez, quiso el monarca de Persia conocer y premiar al inventor. Y cuenta el árabe Al-Sefadi que el rey ofreció a dicho inventor concederle el premio que solicitara. El matemático se contentó con pedirle 1 grano de trigo por la primera casilla del tablero de ajedrez, 2 por la segunda, 4 por la tercera y así sucesivamente, siempre doblando, hasta la última de las 64 casillas. El soberano persa casi se indignó de una petición que, a su parecer, no había de hacer honor a su liberalidad. - ¿No quieres nada más? preguntó. - Con eso me bastará, le respondió el matemático.
El rey dio la orden a su gran visir de que, inmediatamente, quedaran satisfechos los deseos del sabio. ¡Pero cuál no sería el asombro del visir, después de hacer el cálculo, viendo que era imposible dar cumplimiento a la orden! Para darle al inventor la cantidad que pedía, no había trigo bastante en los reales graneros, ni en los de toda Persia, ni en todos los de Asia. El rey tuvo que confesar al sabio que podía cumplirle su promesa, por no ser bastante rico.
Los términos de la progresión arrojan, en efecto, el siguiente resultado: diez y ocho trillones, cuatrocientos cuarenta y seis mil setecientos cuarenta y cuatro billones, setenta y tres mil setecientos nueve millones, quinientos cincuenta y un mil seiscientos quince granos de trigo(18.446.744.073.709.551.615). Sabido es que una libra de trigo, de tamaño medio, contiene 12.800 granos aproximadamente.
¡Calcúlese las libras que necesitaba el rey para premiar al sabio! Más de las que produciría en ocho años toda la superficie de la Tierra, incluyendo los mares. Con la cantidad de trigo reclamada, podría hacerse una pirámide de 9 millas inglesas de altura y 9 de longitud por 9 de latitud en la base; o bien una masa paralelipípeda de 9 leguas cuadradas en su base, con una legua de altura. Semejante sólido sería equivalente a otro de 162.000 leguas cuadradas con un pie de altura. Para comprar esa cantidad de trigo, si la hubiera, no habría dinero bastante en este mundo.

(2) Por ejemplo: el ser humano conoce un árbol, con un tamaño, una posición concreta de las ramas, unos frutos. Su capacidad de abstraer le permite crear en su mente la “idea de árbol”: vegetal con tronco de madera, raíces, ramas, follaje y frutos. Después puede ver un bosque o un bonsái, e inmediatamente relaciona estos nuevos individuos con la idea abstracta que ya posee, y concluye: “son también árboles”. Y por su inteligencia, el ser humano puede conocer la realidad tal cual es.

(3) Imágenes sugeridas: Un anciano símbolo de sabiduría que enseña a su nieto; un discípulo joven que aprende de su maestro en la Universidad; un joven que lee en una biblioteca llena de miles de libros…; una escalera que significa los siglos y seres humanos de distintas épocas subiendo sucesivamente…; una cadena de hombres de ciencia famosos que se dan la mano…y una línea debajo (Progreso)